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Andemaka (Agencia Fides) – Andemaka es un pueblo de unos 3mil habitantes al sur de Madagascar. Aquí está presente una pequeña comunidad de voluntarios e Hijas de la Caridad, entre ellas sor Giuseppina Altana, italiana de Porto Torres, desde hace 42 años misionera en el pueblo. “Nuestra comunidad desarrolla un servicio sanitario y pastoral- narró sor Giuseppina en una entrevista al periódico Informazione Vincenziana -. Visitamos y cuidamos de los enfermos a domicilio, nos ocupamos de niños, jóvenes y adultos para su catequesis y para las actividades relacionadas con la vida de la parroquia”.
En Andemaka existe un colegio católico administrado por la parroquia y las religiosas y voluntarios ofrecen su servicio preparando el almuerzo para los niños pobres. Con el paso de los años la Familia Vincenziana (hermanas de la caridad, voluntarios, asociación mariana) ha desarrollado un particular proyecto de asistencia para niños minusválidos. Estos niños son encontrados por los misioneros en habitaciones, abandonados y sin cuidado alguno. En las casas de la comunidad estos reciben los cuidados médicos y la instrucción, logrando así insertarse en la vida social de la aldea. Un apostolado por el que los Vincencianos luchan desde hace años es el de la formación de la mujer. Sor Giuseppina trabaja sobre todo en este campo, enseñando a las mujeres los principios de la economía doméstica, desde como tener limpia la casa al como cuidar de los hijos.
En la aldea existen diversas sectas religiosas, sin embargo los cristianos forman una comunidad ferviente, guiada por un sacerdote jesuita. Cada verano las voluntarias laicas organizan el “Campo Misión”, una suerte de misión popular en las aldeas donde falta el sacerdote residente. Las voluntarias visitan todas las familias, cuidan de los enfermos, organizan la oración cotidiana y la catequesis. Además durante la jornada dan cursos profesionales como el de costura para las mujeres. En el ámbito de las iniciativas del “Campo Misión” se realizará una jornada particular dedicada totalmente a las confesiones y a la celebración de la Eucaristía. (A.M.) (Agencia Fides 31/7/2008; 25 líneas, 347 palabras)
