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Kinshasa (Agencia Fides) – Una estrategia común para combatir la crisis alimentaria. Es el objetivo de la reunión de los Ministros de Agricultura, de Economía, de Comercio y de Finanzas de los países de la Comunidad Económica de los Estados de África Central (CEEAC) que se inauguró el 28 de julio en Kinshasa, capital de la República Democrática del Congo.
“Es tiempo de colocar nuevamente a la agricultura en el centro de la agenda del desarrollo y coordinar las políticas regionales para estimular la producción agrícola”, afirmó el Presidente congolés Joseph Kabila en su mensaje de apertura a los trabajos.
El Jefe de Estado congolés, quien es también Presidente de la CEEAC, precisó: “consciente de los efectos negativos de la crisis alimentaria sobre nuestras poblaciones, de las cuales un importante segmento vive todavía en situación de extrema pobreza, he convocado esta reunión con el fin de analizar la situación e identificar las causas de la crisis, para poder así delinear las medidas de respuesta necesarias”.
Los países de esta región son más favorecidos respecto de otras áreas de África por el hecho de poseer abundantes recursos agrícolas. El problema es que los fondos estatales dedicados a la agricultura son irrisorios y los campesinos no disponen de los instrumentos adecuados para explotar de la manera más provechosa lo que les ofrece la tierra. Prevalece una agricultura de subsistencia y los Estados se ven obligados a recurrir a la importación para poder cubrir el déficit de alimentos.
La reunión de Ministros fue precedida por un convenio preparatorio de expertos de la CEEAC, quienes han elaborado una serie de recomendaciones. Los expertos han identificado como causas de la vulnerabilidad alimentaria de la región, en ausencia de una política común, los siguientes elementos: falta de capacidad de los campesinos, algunos factores ambientales (sequías, desertificación, inundaciones), subsistencia de conflictos e inestabilidad, etc...
Entre las recomendaciones propuestas por el grupo de expertos están: la concesión de ayuda alimentaria a los países recién salidos de un conflicto, siempre teniendo en cuenta las distorsiones que ello podría generar para las economías locales; la constitución de reservas alimentarias estratégicas; la distribución de semillas, simientes y heno para el ganado a los campesinos; la creación de un mercado regional; el incremento de intercambios inter-comunitarios; la eliminación de las barreras tarifarias y de las no tarifarias; la creación de un sistema de información y de alarma para una mayor seguridad, con una base de datos y un monitoreo estadístico eficaz. Dicho sistema deberá garantizar la observación y el control de la producción agrícola, los precios de los productos y la vulnerabilidad de las poblaciones. (L.M.) (Agencia Fides 29/7/2008; líneas 31, palabras 433)
