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Suva (Agencia Fides) - "Ha sido un tsunami de fe y alegría": es la expresión más recurrente entre los jóvenes de Fiji, apenas llegados a su patria después de la extraordinaria experiencia de la Jornada Mundial de la Juventud de Sydney. Es una experiencia que los jóvenes deben comunicar a la Iglesia local, sobre todo a sus coetáneos, para convertirse en fermento de evangelización y testimoniar la fuerza del Espíritu Santo, recibido en la JMJ.
Los 596 jóvenes peregrinos de Fiji - un número alto si se considera el pequeño archipiélago del Océano Pacífico - que han participado en la JMJ de Sydney fueron acogidos sobre todo por las familias de ciudadanos de Fiji que han emigrado a Australia y han respirado también, de algún modo, el aire de casa en la gran capital Sydney.
Los jóvenes se han beneficiado del "Pilgrim Sociedad Support Program" ("Programa de apoyo y colaboración entre peregrinos", lanzado por la JMJ en mayo de 2007 para garantizar a los jóvenes más pobres, sobre todo de Oceanía, el poder participar en el mayor acontecimiento para jóvenes del mundo. La delegación de Fiji estuvo acompañada por el Arzobispo de Suva, Mons. Petero Macaca, y el Vicario General, P. Beni Kaloudau.
Los jóvenes de Fiji han vivido el acontecimiento como auténtico protagonistas, expresando su oración, su canto, sus tradiciones en muchos momentos de la JMJ como en el Via Crucis y la Santa Misa conclusiva, además de las noches del World Youth Festival.
Entre ellos, 12 seminaristas ha tenido un papel específico en la Celebración Eucarística conclusiva de la JMJ: han llevado al altar el Evangeliario, bailando, vestidos con los típicos vestidos tradicionales, acompañados con algunos cantos locales.
Los jóvenes de Fiji han recibido una carga espiritual grande, para poder así contagiar a la comunidad católico local. (PA) (Agencia Fides 23/7/2008)
