AFRICA/CONGO RD - Los parlamentarios dan la razón a los Obispos congoleses: el país no está siendo gobernado

miércoles, 16 julio 2008

Kinshasa (Agencia Fides) – Las dificultades que atraviesa la República Democrática del Congo, denunciadas por los Obispos en el mensaje publicado al término de su Asamblea Plenaria (ver Fides 14/7/2008), fueron analizadas en un informe presentado por la Asamblea Nacional. El documento, que sintetiza el trabajo de 5 comisiones especiales, formadas cada una por 12 diputados, se basa en las relaciones (más de 500) elaboradas por los parlamentarios en sus colegios electorales. Los diversos diputados recogieron las informaciones sobre la situación local y elaboraron una relación que, junto con las otras, sirvió para completar un cuadro integral de la situación del país.
Las conclusiones de la investigación no son alentadoras: en todas las provincias se trasluce la debilidad de la autoridad legítima del Estado que a su vez tiene como contraparte el arbitrio de los funcionarios gubernativos y locales que no pocas veces interpretan su rol de manera personalista. La falta de normas precisas para delimitar las atribuciones de poder entre el Estado central y los órganos locales, la ausencia de una ley sobre descentralización y la desorganización en las diversas administraciones, la permanencia de territorios que todavía escapan al control del gobierno, son factores que agravan la sensación de desconexión entre las poblaciones y las instituciones, al tal punto que con frecuencia los congoleses se sienten abandonados a su propia fuerte.
“La RDC no está siendo gobernada: los diputados dan la razón a los Obispos” es el título del diario “Le Phare”, que presenta los resultados del informe parlamentario. El diario destaca que tanto los Obispos como los diputados han señalado la corrupción como la causa principal de los males del país. En el Congo, recuerda el artículo, todo está en venta: soberanía nacional, sentencias de la magistratura, títulos académicos, documentos administrativos, concesiones mineras, incluso la ciudadanía congolesa.
El hecho de que estos males sean denunciados por los mismos parlamentarios es, sin embargo, un primer paso en la dirección correcta: como afirman los Obispos en su mensaje (titulado, no casualmente, “es tiempo de que despertemos”), es hora de que todos los congoleses, empezando por aquellos que realizan funciones públicas, hagan su parte para construir un Congo mejor. (L.M.) (Agencia Fides 16/7/2008; líneas 25, palabras 357)


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