AMERICA/VENEZUELA - En la Asamblea Ordinaria los Obispos analizarán la situación actual del clero venezolano “para definir el perfil del sacerdote que necesita la evangelización renovada y profunda de nuestro pueblo”

martes, 8 julio 2008

Caracas (Agencia Fides) – Mons. Ubaldo R. Santana Sequera, Arzobispo de Maracaibo y Presidente de la Conferencia Episcopal de Venezuela dio inicio ayer 7 de julio a la 90 Asamblea Ordinaria de la Conferencia Episcopal con un discurso en el que recordó algunos de los temas que serán tratados durante dicha Asamblea.
En su discurso el Presidente recuerda en primer el surgimiento de un nuevo grupo religioso denominado "Iglesia Católica Reformada", reafirmando que “la Iglesia Católica a la cual pertenece la gran mayoría del pueblo venezolano, no se ha dividido. La Iglesia católica, reunida y alimentada por la Palabra y por la Eucaristía, existe y se manifiesta solamente en las arquidiócesis, diócesis y vicariatos en comunión entre si con el Obispo de Roma”. Por ello, desde la Asamblea Episcopal los Obispos manifiestan su plena comunión eclesial a Su Santidad el Papa Benedicto XVI, a la vez que expresan “con gozo nuestra obediente adhesión a su persona y a su Ministerio”. Así mismo invita a todos los católicos “a dar razón de nuestra esperanza a quienes nos la pidan y salir al paso, con respeto pero con firmeza, a todos aquellos que pretendan sembrar la confusión y la división”
Durante la Asamblea los Obispos dedicaran dos días a una Asamblea Conjunta con la Confederación Venezolana de Religiosos y Religiosas durante la cual tratarán sobre la Misión Continental así como el problema de la educación en el país recordando y apoyando las iniciativas y acciones realizadas que están realizando las escuelas privadas, muchas de ellas católicas, “para manifestar su inconformidad por el restrictivo porcentaje de aumento del 15% autorizado por las instancias educativas oficiales”. El Presidente de la Conferencia Episcopal exhorta a las autoridades “a reconsiderar esta medida pues pone en peligro la calidad la misma existencia de tan importante servicio público”.
Además los Obispos estudiaran y aprobarán varios documentos durante la Asamblea: Un Mensaje con motivo de los cuarenta años del Documento Conclusivo de Medellín (1968-2008); Una Carta Pastoral Colectiva sobre la Espiritualidad renovada que ha inspirar al pueblo cristiano en la edificación de una Iglesia casa, escuela y taller de comunión y solidaridad y una Carta pastoral colectiva para lanzar el Plan Pastoral "Iglesia solidaria". Se estudiaran también dos proyectos: la llamada Comisión Pastoral de Instancias de Comunión y del Instituto Nacional de Pastoral. Ambos constituyen “dos herramientas operativas de fundamental importancia para impulsar la espiritualidad de comunión y misión, desarrollar programas permanentes de formación de todos los miembros del pueblo de Dios, renovar las actuales instancias y organismos pastorales, promover el surgimiento de nuevas instancias de comunión, propiciar la comunión cristiana de bienes y favorecer una pastoral de conjunto, orgánica, planificada y participativa”.
Los Obispos también tratarán sobre la pastoral sacerdotal con el fin de “analizar a fondo la situación actual del clero venezolano, definir el perfil del sacerdote que necesita la evangelización renovada y profunda de nuestro pueblo y delinear los criterios de organización que tenemos que darle a nuestros seminarios y centros de formación permanente para lograr contar a mediano plazo con el número suficiente de sacerdotes santos y cualificados”.
El Presidente de la Conferencia Episcopal muestra a continuación la satisfacción de todos por la liberación de los rehenes de Colombia a la vez que manifiesta la profunda preocupación de los Obispos venezolanos por “el incontrolado clima de violencia y de inseguridad que invade el cuerpo social y político de Venezuela sin que se vean hasta ahora acciones concretas y contundentes para contrarrestarlo”.
Concluye su discurso recordando a todos los fieles que los Obispos siempre camina a su lado “no como activistas, ni como actores políticos, ni siquiera como meros agentes humanitarios sino en nombre de Jesucristo, como maestros de la fe, como santificadores y servidores de la caridad; conscientes de nuestra misión religiosa y evangelizadora”. (RG) (Agencia Fides 8/7/2008)


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