ASIA/CHINA - "¡Basta con tener a Nuestro Señor en el corazón y no tendrás nunca miedo de nada!": la experiencia de don Jiang, único guarda de los escombros de su iglesia destruida por el terremoto, que ha sobrevivido con lo que ha encontrado en la naturaleza

lunes, 7 julio 2008

Pekín (Agencia Fides) - "¡Basta con tener a Nuestro Señor en el corazón y no tendrás nunca miedo de nada!... Sentí mi corazón como traspasado por una flecha, que sangraba viendo los restos de mi parroquia que tiene siglos de historia y en la que he trabajado durante tantos años. No tenía ya ni siquiera lágrimas para llorar.... Intento visitar a todos mis feligreses antes de la Asunción, para que se fortalezcan en la fe". Son las sencillas palabras de un sacerdote, don Jiang Tian Xiang, párroco de la parroquia de Xiu Shui, que se encuentra a 40 kilómetros del epicentro del terremoto del 12 de mayo. El sacerdote ha dormido durante casi un mes en un pequeño coche para vigilar los restos de su querida iglesia y estar cerca de los fieles y de la población.
Cuando se produjo el terremoto, se encontraba en Pekín en un curso de formación permanente. Apenas recibida la noticia, sin titubear un instante, salió para acudir a su parroquia sin saber ni siquiera si la carretera era practicable. Tres días después se encontraba ante su iglesia, ya reducida a escombros. El párroco se encontró con un fiel anciano que vigilaba la iglesia día y noche. Don Jiang le preguntó: "no tienes miedo, si continúa el terremoto, de estar aquí solo? El fiel respondió: "Basta con tener a Nuestro Señor en el corazón, y no tendrás nunca miedo de nada". Don Jiang quedó impresionado de la respuesta y tomo estas palabras como un compromiso propio.
Cuando los periodistas, católicos y no católicos, los voluntarios de Jinde Charity, viendo la situación en que se encontraba le preguntaron si no quería irse, él siempre contestaba con esta frase: "No voy a ningún lado. Tengo que asegurar la Misa cotidiana a mi gente que viene de lejos. ¿Siempre llueve? Mis vestidos se secan con el calor de mi cuerpo. ¿Qué como? Todo lo que se encuentra en la naturaleza. No he tenido nunca problemas o males, gracias al Señor. La única cosa es que cuando cocino algo tengo que cubrirlo siempre, pues sino los gatos, perros y también el cerdo se lo llevan. Pero también me hacen compañía" continua don Jiang.
"50 días después del terremoto era mi 43 cumpleaños, y di gracias al Señor en la Misa, subrayando el compromiso por la reconstrucción. Precisamente ese día acogí a los voluntarios de Jinde Charity. Me trajeron de comer, tiendas, madera. Después de haber cargado todo, secándome el sudor con el pañuelo, me vino espontáneo decir: 'Gracias Señor. ¡Qué bonito cumpleaños me has regalado! ¿Quién ha dicho que el terremoto sólo ha traído cosas negativas? Vemos personas que nunca se veían que se han juntado, gente que había olvidado su fe y que ha vuelto. Todo se lo debemos al Señor”. Hoy, gracias a los seminaristas y voluntarios de Jinde Charity don Jiang tiene una pequeña tienda donde se puede refugiar de la lluvia y continuar la reconstrucción de la comunidad. (NZ) (Agencia Fides 07/07/2008)


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