AMERICA/ECUADOR - “El Obispo tiene una responsabilidad que no se queda encerrada en los limites de su diócesis sino que va hasta los confines de la tierra”- Entrevista de la Agencia Fides al Arzobispo de Portoviejo Mons. Lorenzo Voltolini Esti que ha recibido el Palio del Santo Padre

miércoles, 2 julio 2008

Roma (Agencia Fides) – Mons. Lorenzo Voltolini Esti, Arzobispo de Portoviejo (Ecuador) desde el 6 de agosto del 2007 estaba el domingo 29 entre los nuevos Arzobispos que han recibido el Palio de manos del Santo Padre. Mons. Voltolini que es también Presidente de la Comisión Episcopal de Liturgia, es originario de la diócesis de Brescia (Italia) donde fue ordenado sacerdote y de donde partió como misionero Fidei Donum a Ecuador en 1979. En un coloquio con la Agencia Fides recorremos algunos de los aspectos principales de su Arquidiócesis y del país.

¿Qué significa para Vd. haber recibido el Palio de manos del Santo Padre?
El Papa mismo ha dado un significado muy importante y las oraciones que acompañan durante la ceremonia de entrega del Palio ayudan a entender su significado. Es signo del yugo, de la cruz que uno lleva sobre sus hombros. Signo del trabajo que el Señor nos da de ser evangelizadores no sólo con la palabras sino también con el ejemplo y llevando la cruz de Cristo.
Es también símbolo del trabajo del pastor que lleva sobre sus hombros la oveja. Lleva a todas las ovejas no solo a la pérdida. Eso es lo que significa la lana del Palio que se pone sobre los hombros del Arzobispo.
Y tiene también un significado de unidad entre el trabajo de cada Obispo en su Iglesia y el Santo Padre. Los Palios antes de ser puestos en los hombros de los Arzobispos son sacados de la tumba de San Pedro. Reposan allí una noche sobre la tumba de San Pedro, queriendo significar esa unidad entre la Iglesia universal y la Iglesia particular.

¿Cuáles son las principales características de su Arquidiócesis de Portoviejo?
La costa ecuatoriana que es donde se encuentra Portoviejo, es más propensa a la vida de comunidad y al dialogo que la zona de la sierra donde estuve los primeros años de mi misión en Ecuador. Se abren con más facilidad a los demás y esto una virtud que hay que saber aprovechar bien y traducirlo en generosidad verdadera, en capacidad de entrega y de don. Se puede ser abierto y a la vez un poco generosos y esto es siempre un reto para todos. Por desgracia en Ecuador el voluntariado es casi imposible a causa de las leyes. No está permitido porque hay una ley del trabajo que dice que los derechos del trabajador no pueden son irrenunciables, no pueden ser conculcados. El trabajador no puede renunciar aunque sea voluntarios a ser pagado por el trabajo que realiza. Si no cobra porque es voluntario, podrá cobrarlo después de el otros. Esto hace que haya una sospecha siempre innata cuando se pide a alguien hacer algún trabajo voluntario por la comunidad. Yo espero que no solo las leyes sino también lo que está detrás de la ley pueda cambiar y pueda así haber más generosidad entre los cristianos en Ecuador. La solidaridad es parte de la comunidad cristiana.

¿A qué desafíos locales debe dar respuesta?
En este momento uno de los principales desafíos es precisamente la preparación de los laicos a su misión laical. Son muchos los que nos están pidiendo formación. El problema es que no tenemos un lugar especifico para ellos. De momento acuden al seminario o a distintas zonas de la Arquidiócesis. Pienso que en el futuro habrá que pensar también en un puesto concreto para que también ellos puedan tener un lugar propio de formación.

En estos momentos se está debatiendo en Ecuador sobre la nueva constitución y uno de los puntos más problemáticos y claves se refiere precisamente al aborto. ¿cómo está respondiendo la Iglesia?
Me parece que en este momento está más en sintonía la Iglesia con el pueblo que la Asamblea misma con el pueblo. Los asambleístas han sido elegidos por el pueblo pero están dado la espalda al pueblo. No les están escuchando. Hay un 80% de los ecuatorianos que están en contra del aborto. Hay por lo menos un 70% de ecuatorianos que están en contra de llamar matrimonio a la unión entre homosexuales. Sin embargo, me parece que los asambleístas están siguiendo unos principios propios dictados desde fuera, estás más obedeciendo a consignas y dinero que viene de fuera, antes que los intereses de todos y el deseo del pueblo ecuatoriano.

Dentro de poco más de un mes tendrá lugar precisamente en Ecuador el Tercer Congreso Misionero Americano (CAM 3) que supone un gran acontecimiento para toda la Iglesia en América Latina ¿Qué frutos espera de este Congreso en Ecuador y en el Continente?
Se está hablando desde hace mucho tiempo de que América Latina tiene que empezar a dar de su pobreza. Me parece que Ecuador ha dado poquísimo hasta ahora, muy poco. En nuestra diócesis estamos en este momento buscando formar un grupo llamado Fidei Donum. Quisiéramos que tome conciencia nuestra Iglesia de que no será verdaderamente madura como Iglesia hasta que empiece a dar desde su pobreza. Este grupo que está naciendo no lo formarán solo los que quieran partir a África u otros lugares, sino que tiene que estar formado por todas las personas que tienen un sentido misionero de su propia vida para que desde ahí, de entre ese grupo puedan surgir esas dos, tres ó cuatro personas que puedan ser enviadas como grupo de parte de la Iglesia de Manabí de Portoviejo. Queremos pues enviar pero queremos a la vez ser padres responsables. Queremos enviar misioneros y sostenerlos en su misión, con la oración, y también económicamente para que no se vean obligados después de cierto tiempo a volver a casa porque no tenían suficiente apoyo de su Iglesia de origen, de la iglesia que los engendró, los hizo crecer y los envía.
Al final del Congreso Misionero tendrá lugar además el lanzamiento de la Gran Misión Continental es necesaria porque en América Latina tenemos que renovarnos como iglesia. No podemos ser iglesia sin la conciencia de que somos misioneros. La Iglesia es esencialmente misionera. La misión no es algo que necesitamos en este momento solo porque estamos en peligro de extinción, sino porque la Iglesia es esencialmente misionera. No es una misión de unos pocos años, no tiene termino. Debemos empezar a tomar conciencia de que la misión de la Iglesia en América Latina tiene que ser para siempre.

Por último, excelencia, Vd fue a Ecuador como misionero Fidei Donum hace ya algunos años ¿continua sintiendo misionero todavía hoy?
Yo sigo sintiéndome ante todo sacerdote y luego no he dejado nunca de ser misionero porque he sido enviado por la Iglesia y quiero seguir siendo misionero en este momento como Arzobispo. Pienso que el Obispo es el primer misionero en la diócesis. Todos debemos ser misioneros. El Obispo tiene una responsabilidad que no se queda encerrada en los limites de su diócesis sino que va hasta los confines de la tierra porque es sucesor de los apóstoles que fueron enviados por Jesús al mundo entero. Cuando yo fui ordenado sacerdote inmediatamente me presenté a mi Obispo para ser enviado a donde el quisiera. Cuatro años más tarde fui enviado a Ecuador. Ese deseo de ser misionero que yo recibí desde la ordenación sacerdotal pienso que no ha cesado por la ordenación episcopal. (RG) (Agencia Fides 2/7/2008)


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