VATICANO - Llamamiento del Papa “para que ofrezcan al Medio Oriente y en particular a la Tierra Santa, al Líbano e Irak la suspirada paz y la estabilidad social en el respeto de los derechos fundamentales de la persona, incluida una auténtica libertad religiosa”

viernes, 20 junio 2008

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) – El Santo Padre Benedicto XVI ha manifestado su agradecimiento por el importante apoyo ofrecido "a la misión propia del Obispo de Roma de presidir la caridad universal " en el amor por las Iglesias Orientales Católicas, a los miembros del Roaco (Reunión de obras en ayuda a las Iglesias orientales) a los que ha recibido en audiencia el jueves 19 de junio, con ocasión de su reunión. El Papa ha recordado que la vida ordinaria y la peculiar misión de las Iglesias Orientales Católicas, "sobre todo a nivel ecuménico e interreligioso, deben ser sustentadas por toda la Iglesia Católica". Por tanto la Congregación para las Iglesias Orientales y la Roaco “se hacen oportunamente intérpretes de la solidaridad espiritual y material de todos los católicos, para que dichas Comunidades puedan vivir en plenitud el misterio de la única Iglesia de Cristo en la fidelidad a las propias tradiciones espirituales”.
Las comunidades católicas en Armenia y en Georgia, que “han sido de las primeras en recibir la luz de Cristo", he sido el argumento de la sesión de la Roaco. Saludando a los hermanos Obispos que sirven al pueblo de Dios en estas áreas, Benedicto XVI ha afirmado: "Viviendo humildemente y fraternalmente con otras Iglesias cristianas y sirviendo generosamente a los pobres, estas comunidades católicas, aun siendo pequeñas, pueden expresar de modo muy práctico la comunión de amor característica de la Iglesia católica universal”.
Citando los sufrimientos de los cristianos iraquíes, el Papa ha recordado el asesinato del Arzobispo de los Caldeos, Paulos Faraj Rahho: "Como muchos otros cristianos iraquíes el arzobispo tomó su cruz y siguió al Señor.... Era un hombre de paz y diálogo. Animo las organizaciones de ayuda presentes a continuar los esfuerzos para sostener a los cristianos iraquíes”.
El Santo Padre ha recordado a continuación "los recientes sucesos en el Líbano, que ha encontrado el camino del diálogo y de la comprensión recíproca", deseando que "el Líbano sepa responder con valentía a su vocación de ser, por el Medio Oriente y para el mundo entero, un signo de la posibilidad efectiva de una coexistencia pacífica y constructiva entre los hombres". Para conseguir este objetivo, el Santo Padre ha invocado la intercesión del venerable Padre Jacques Ghazir Haddad, que será beatificado el próximo domingo: que su testimonio toque "el corazón de los jóvenes cristianos libaneses, para que aprendan, a su vez, la dulzura de una vida evangélica al servicio de los pobres y los pequeños, como testigos fieles de la fe católica en el mundo árabe".
En la parte conclusiva de su discurso, Benedicto XVI ha agradecido de nuevo a todos los que se ocupan de la causa de las Comunidades latinas y orientales de Tierra Santa, "que es vital para toda la Iglesia". "Comparto sus pruebas y sus esperanzas - ha dicho el Papa – y pido ardientemente poder visitarles personalmente, como pido también para que estos signos de paz, que saludo con inmensa confianza, encuentren pronto cumplimiento. Hago un llamamiento a los responsables de las Naciones para que ofrezcan al Medio Oriente y en particular a la Tierra Santa, al Líbano e Irak la suspirada paz y la estabilidad social en el respeto de los derechos fundamentales de la persona, incluida una auténtica libertad religiosa. Por otro lado, la paz es el único camino para afrontar el grave problema de los prófugos y refugiados, y para frenar la emigración, especialmente cristiana, que hiere con fuerza a las Iglesias Orientales". (S.L) (Agencia Fides 20/6/2008)


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