ASIA/TIMOR ORIENTAL - Se inauguraron una capilla y un monumento dedicado a Juan Pablo II en conmemoración de su visita a Timor

jueves, 19 junio 2008

Dili (Agencia Fides) – En el lugar donde el Papa Juan Pablo II celebró la Santa Misa delante de una multitud de jóvenes de Timor Oriental, el 12 de octubre de 1989, llevando un mensaje de paz y de esperanza, hoy surge una capilla y una estatua dedicada a él. La nueva estructura, en el suburbio de Tasi-Tolu, en la periferia de la capital Dili, fue inaugurada y bendecida por el Nuncio Apostólico en Indonesia y Timor Oriental, Mons. Leopoldo Girelli, en una visita reciente a la isla. El suburbio de Tasi-Tolu es un símbolo del sufrimiento del pueblo timorense. Cuando el Papa visitó la isla en 1989, Timor Oriental estaba bajo el dominio de Indonesia y estaba luchando por su libertad, obtenida en 1999. En esa ocasión Juan Pablo II beso la cruz por tierra, mostrando su amor y su cercanía a los sufrimientos de la población.
Con la erección del monumento y de la capilla se quiere recordar ad sempiternam memoriam la visita de Juan Pablo II. “Este monumento quiere ser signo de esperanza para un futuro mejor del pueblo timorense, en el que todos los ciudadanos puedan encontrar un puesto con dignidad. La justicia es un factor clave en este futuro y los timorenses están luchando por la justicia” comentó para la Agencia Fides p. Filomeno Jacob, sacerdote local y Director de las Obras Misionales Pontificias en Timor Oriental.
También el Nuncio Apostólico fue claro en su mensaje: “No debemos olvidar los sufrimientos del pasado, sino aprender de la memoria histórica para no repetir los errores que han causado tanto dolor y sufrimiento a los timorenses. Por eso no podemos olvidarnos de la justicia: para los cristianos el perdón no significa impunidad. El perdón reclama la justicia. La justicia es una prioridad en todo el mundo, especialmente en la amada nación de Timor Oriental”.
La justicia —continuó el Nuncio— “reclama la realización de todos los procedimientos judiciarios. Reclama el respeto por los derechos fundamentales de cada persona. Pero, al mismo tiempo, la justicia no puede ser separada del amor, de la fraternidad y de la solidariedad, factores que promueven la reconciliación. Es por eso que hoy, en el mundo, la justicia y la reconciliación caminan mano a mano. No tendremos una paz definitiva y auténtica sin justicia”. (PA) (Agencia Fides 19/6/2008 líneas 28 palabras 401)


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