AFRICA/GUINEA - Enfrentamientos entre la Guardia Presidencial y los militares amotinados: se agrava la crisis y aumentan las dificultades para la población

viernes, 30 mayo 2008

Conakry (Agencia Fides) – “Estamos encerrados en nuestras casas. La gente no se aventura a salir y los negocios y oficinas están todos cerrados. De vez en cuando a la distancia se escucha un disparo”, declara a la Agencia Fides una fuente de la Iglesia local de Conakry, capital de la República de Guinea, donde los militares rebeldes se enfrentaron con la Guardia Presidencial.
La Guardia Presidencial custodia la semi-isla de Kaloum, de cuyo núcleo se desarrolló la entera Conakry, y que se conecta con el resto de la ciudad a través de un istmo. En esta área se encuentran las embajadas y el Palacio Presidencial. “Los militares amotinados han intentado alcanzar el Palacio Presidencial así como la cercana sede del Estado Mayor, donde sospechan que están refugiados los altos oficiales a quienes exigen su dimisión acusándolos de haber desviado para fines personales los fondos destinados a pagar sus salarios”, explica la fuente de Fides. La Guardia Presidencial ha bloqueado el acceso al área y se han producido enfrentamientos entre las dos facciones. Según fuentes de la prensa, se han producido una decena de heridos.
“Se ha creado una situación de verdadera fractura al interior del ejército. Por una parte hay militares de destacamentos ordinarios que se han amotinado, y por otra está la Guardia Presidencial que ha permanecido fiel al Presidente. Se trata de una división de elite, mejor pagada y mejor equipada respecto del resto del ejército. Hemos visto que poseen armas jamás vistas en Guinea, sino por televisión en el cine”, afirma nuestra fuente.
“La población civil no tiene voz ni voto en lo que está sucediendo, pero sufre las consecuencias. Los militares rebeldes hasta ahora han logrado concesiones sólo a favor suyo: pago de sueldos atrasados, hasta 5 millones de francos guineanos por soldado (6 mil francos guineanos corresponden a 1 Euro), liberación de sus camaradas arrestados y reducción del precio del arroz sólo para los miembros del ejército y no para los civiles. Mientras tanto los soldados rebeldes confiscan todo tipo de bienes, desde negocios hasta automóviles: los propietarios son obligados a dejarlos en manos de los grupos de soldados, bajo la amenaza de las armas”, comenta la fuente de Fides. “A causa de los saqueos y de la clausura de puntos de venta escasean los alimentos y los combustibles, y las dificultades de la población aumentan hora a hora”.
La ruptura entre militares y civiles ha sido destacada por un editorial del cotidiano “Guinéenews”, que se pregunta “si una parte de los amotinados no esté bajo las órdenes de una u otra personalidad”. Existirían, pues, según esa opinión, “aprendices de brujo” que, avivando el fuego de las reivindicaciones militares, estarían tratando de bloquear el proceso de democratización del país iniciado luego de las protestas, esta vez sí populares, del 2007. El diario, recordando el ejemplo de la cercana Costa de Marfil, manifiesta la esperanza de que en Guinea prevalezca la razón y de que el bien supremo de la paz sea preservado. (L.M.) (Agencia Fides 30/5/2008; líneas 33, palabras 497)


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