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Johannesburgo (Agencia Fides)- Mientras parece que se va calmando la violencia contra los emigrantes en los township sudafricanos, continúan las declaraciones en todo el mundo ante los graves acontecimientos de los días pasados. El Cardenal Raffaele Martino, Presidente del Pontificio Consejo para la Pastoral de los Emigrantes e Itinerantes envió a S.E. Mons. Buti Joseph Tlhagale, O.M.I., Arzobispo de Johannesburgo, Presidente del S.A.C.B.C. (Conferencia de los Obispos Católicos de Botswana, Sudáfrica y Swaziland), un mensaje en el que expresa “profundo dolor” por “la trágica violencia que se difundió en algunas ciudades del Sudáfrica, causando muerte, sufrimiento y destrucción entre muchos emigrantes y refugiados. A nombre de todo el Dicasterio, expreso mis condolencias a las familias de los difuntos y solidariedad a cuantos han sido golpeados por tan deplorables eventos”.
El gobierno de Mozambique y el de los otros países limítrofes con Sudáfrica expresaron su “preocupación” en una carta enviada al gobierno de Pretoria invitándolo a mostrarse “más activo en la búsqueda de soluciones”, según declaró el Ministro del Exterior de Mozambique a la prensa local. El Ministro de Seguridad Sudafricano se encontró con los embajadores de los países miembros de la Comunidad para el Desarrollo de África austral (SADC) para informarles sobre las medidas que se han tomado para salvaguardar la incolumidad de los ciudadanos emigrantes en Sudáfrica. Un encuentro definido “muy productivo y positivo” por el jefe de la diplomacia mozambiqueña. Mozambique debe manejar el flujo de los propios emigrantes que regresan a la patria. Según fuentes oficiales de Mozambique son más de 20mil los mozambiqueños que han regresado a su país prácticamente con lo que tenían puesto. Las autoridades locales han instituido tres campos para acoger a esas personas. También el gobierno de Nigeria expresó su preocupación y ha iniciado los procedimientos necesarios para que a los ciudadanos nigerianos que han visto sus propiedades depredadas se les reembolse adecuadamente.
La prensa de los distintos Estados africanos publicaron los resúmenes de los emigrantes de sus propios países. El “Standard” de Nairobi publicó algunos testimonios de ciudadanos de Kenia víctimas de los asaltos de las bandas de Johannesburgo. La mayor parte de los emigrantes kenianos, así como los ugandeses, está formada por profesionales (médicos, enfermeros e ingenieros), estudiantes y empresarios, y no vive en los ghettos. Si bien buena parte de los kenianos no ha visto directamente la violencia y ninguno de ellos perdió la vida, los hechos de los últimos días los han marcado profundamente. “La brutalidad es desconcertantes. Los sudafricanos necesitan comprender que deben vivir como una parte más amplia de África” afirmó a “The Nation” un estudiante keniano.
“L’Observateur” de Burkina Faso se preguntaba sobre la intervención del ejército sudafricano junto a la policía para restablecer el orden. Una medida, según el cotidiano, que recuerda los fantasmas del tiempo del apartheid. El periódico burkinés evidencia que el problema de la emigración concierne no sólo al occidente sino a varios países africanos: “¿Qué les podemos decir a los que proclaman las cuotas de renovación y de la emigración escogida? Nada, sino que eso no es un feudo sólo de occidente”.
También el “Cameroom Tribune” afirma que el despliegue del ejercito recuerda el apartheid y habla de “malestar” por el hecho de que mientras los sudafricanos negros se han beneficiado de la ayuda de los países vecinos contra el régimen racista (pagando un caro precio), ahora hayan correspondido de esa manera. “Malestar” también por la xenofobia y por el racismos proveniente no de occidente sino de otros pueblos africanos. “La imagen de la nación ‘arco iris’ sufre un duro golpe, como también la reputación de estabilidad de la primera potencia económica de África, primer país del continente a ser sede de un campeonato mundial de fútbol en el 2010” concluye el periódico camerunense. (L.M.) (Agencia Fides 27/5/2008 líneas 48 palabras 637)
