AMERICA/MEXICO - Dolor en la Iglesia mexicana por la muerte del Cardenal Ahumada: “un hombre de convicciones y decisiones oportunas y firmes, quien no dudó en seguir el llamado del Señor”

viernes, 11 abril 2008

Ciudad de México (Agencia Fides) - “El Eminentísimo Sr. Cardenal, Don Ernesto Corripio Ahumada a las 5:30 de esta mañana nos ha dejado físicamente y goza ya de la presencia del Señor, quien lo ha llamado a la Vida Eterna tras haber sufrido un prolongado y doloroso calvario a causa de sus enfermedades”, con estas palabras ha anunciado el Cardenal Norberto Rivera Carrera, Arzobispo de México por medio de un Mensaje dirigido a todo el pueblo de Dios, la muerte del Cardenal Ahumana, a causa de una trombosis, a los 89 años de edad. Su sucesor en la Arquidiócesis primada de México le recuerda como “un hombre de convicciones y decisiones oportunas y firmes, quien con el lema episcopal: “Mi vivir es Cristo”, no dudó en seguir el llamado del Señor y desde niño supo tomar opciones importantes”.
El Cardenal Rivera, afirma que si bien su ausencia deja un gran vacío imposible de llenar, sin embargo, permanecerán entre nosotros “sus enseñanzas y su ejemplo de fe y vida cristiana; su firmeza y valor ante situaciones adversas; sus palabras de aliento frente a los desafíos; su sabiduría ante la incertidumbre que todos experimentamos cuando se tiene que elegir”. Y también “a través de sus innumerables obras en favor de la Iglesia y de nuestra patria, en la defensa de la promoción de los valores, en su afecto generalizado por los fieles, por su entrega en aquellos momentos difíciles que se derivaron de los sismos de 1985, en su visión de Pastor al convocar y llevar a feliz término el II Sínodo de Obispos en esta Arquidiócesis de México-Tenochtitlan”.
Concluye su comunicado el Cardenal Rivera manifestando su gratitud “por habernos dejado su testimonio de amor a Dios Nuestro Señor y la Virgen Santísima de Guadalupe, su devoción filial al Santo Padre, su confianza en el futuro de la Iglesia, su ejemplo como un mexicano comprometido con su patria y un cristiano universal”, a la vez que eleva oraciones por su eterno descanso.
Son innumerables las manifestaciones de condolencia que están llegando según informa la Oficina de Comunicación del Arzobispado de México, entre ellos numerosos representantes estatales y federales. El cuerpo del Cardenal está siendo velado en el Seminario Menor de la Arquidiócesis de México por los seminaristas y algunos Obispos. Hoy a las 12:00 los restos del Card. Ernesto Corripio Ahumada serán trasladados a la Basílica de Guadalupe. Y el domingo 13 tendrá lugar la solmene ceremonia fúnebre en la Catedral Metropolitana de la ciudad de México presidida por el Cardenal Norberto Rivera Carrera. Sus restos mortales serán depositados perennemente en la Capilla de los Arzobispos. En menos de un mes la Iglesia de México ha perdido dos Cardenales eméritos pues la Semana de Pascua fallecía también el Cardenal emérito de Monterrey, Mons. Adolfo Suárez Rivera.
El cardenal Corripio nació en Tampico, Tamaulipas, el 29 de junio de 1919. Recibió la ordenación sacerdotal el 25 de octubre de 1942 en Roma. En 1945 comenzó a ejercer el ministerio sacerdotal en su ciudad natal. S.S. Pío XII lo nombró Obispo Titular de Zapara y Auxiliar de Tampico el 27 de diciembre de 1952. Recibió la ordenación episcopal el 19 de marzo de 1953. Fue nombrado Obispo Titular de Tampico el 25 de febrero de 1956. S.S. Paulo VI lo nombró Arzobispo de Oaxaca el 25 de junio de 1967 y el 11 de marzo de 1976 lo trasladó a la Sede Episcopal de Puebla de los Ángeles. El 19 de junio de 1977 fue nombrado Arzobispo para la Sede Primada de México.
Fue presidente de la CEM en tres periodos distintos; consultor de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos en la Curia Romana, Co-presidente de la III Asamblea General del Episcopado Latinoamericano, Miembro de la Congregación para el Culto Divino, Clero, Educación Católica y de la Pontificia Comisión para América Latina. Miembro de la Comisión de Derechos Humanos del CELAM, y de la Comisión Económica y Administrativa de la Santa Sede. Como Arzobispo Primado de México, recibió a S.S. Juan Pablo II en sus 2 visitas apostólicas a México en enero de 1979 y mayo de 1990. Fue creado y publicado Cardenal de la Santa Iglesia por S.S. Juan Pablo II el 30 de junio de 1979. El 29 de septiembre de 1994 S.S. Juan Pablo II aceptó su renuncia al gobierno pastoral de la Arquidiócesis Primada de México. El Cardenal es recordado como un hombre con talento y sensibilidad para impulsar las relaciones con el Estado mexicano. Fue un hombre de Iglesia, trabajó por ella, y desde su encomienda pastoral buscó responder, junto con su clero, a los retos que se presentaban al proyecto Evangelizador hacia el fin del milenio. (RG) (Agencia Fides 11/4/2008 Líneas: 55 Palabras: 812)


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