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Kampala (Agencia Fides)- “Es un gran resultado y confiamos en el hecho de que pronto se sellará un acuerdo comprensivo de paz”, dice a la Agencia Fides Su Exc. Mons. John Baptist Odama Arzobispo de Gulu, en el norte de Uganda, comentando la firma del acuerdo de cese al fuego definitivo entre el gobierno ugandés y el Ejército de Resistencia del Señor, el movimiento rebelde que desde hace más de 20 años mancha de sangre el norte del país.
El nuevo acuerdo ha sido firmado el 23 de febrero en Juba, la capital de Sudán del Sur, y sigue al reciente acuerdo sobre la justicia en base a la cual los crímenes cometidos por el LRA serán juzgados por tribunales ugandeses y no por la Corte Penal Internacional, que había emitido algunos mandatos de captura para los líderes de la guerrilla. El acuerdo sobre la justicia suscitó algunas perplejidades en el país (ver Fides 21/2/2008), pero Mons. Odama recuerda que “las leyes serán actualizadas para hacerlas conformes a los estándares de la Corte Penal Internacional. De este modo, quien sea considerado responsable de los crímenes más graves será juzgado por los tribunales del Estado que actuarán en conformidad con la legislación internacional en materia de crímenes contra la humanidad. Para aquellos que serán culpables de reatos menos graves se recurrirá a la justicia tradicional de la población Acholi”. Los Acholi son la principal etnia del norte de Uganda, a la que pertenecen tanto las víctimas como los miembros del LRA. El sistema de justicia tradicional usado por los Acholi, llamado “Mato Oput”, consiste en obligar al culpable a ofrecer disculpas públicas a la comunidad dañada y a pagar un resarcimiento a las víctimas (ver Fides 6/7/2007).
El acuerdo de cese al fuego prevé: la reagrupación del LRA en el área de Ri-kwangba, en el límite entre la República Democrática del Congo y Sudán del Sur; la creación de una zona de separación (“buffer zone”) de 15 kilómetros donde serán reagrupados los rebeldes. La seguridad de la zona en el Sudan del sur, será garantizada por el SPLA (Ejército de Liberación del Pueblo de Sudán); el desarme de los combatientes del LRA por parte de fuerzas imparciales; la constituación de una escuadra de control del cese al fuego (Ceasefire Monitoring Team) compuesta por los mediadores, los representantes de las partes y observadores africanos.
La guerra en el norte de Uganda, estallada en 1986, ha causado más de 100 mil víctimas y ha obligado a cerca de 2 millones de personas a huir a los campos para prófugos del norte de Uganda. Para poner fin al sanguinario conflicto en julio del 2006 se inició una tratativa conducida por un equipo de mediación dirigido por el Vicepresidente del Sudán del Sur, Riek Machar, del que forma parte la Comunidad de San Egidio, representantes de Tanzania, Sudáfrica, así como el enviado especial de la ONU, el ex presidente de Mozambique, J. Chissano. (L.M.) (Agencia Fides 25/2/2008 líneas 31 palabras 497)
