AFRICA/KENYA - “Existe una ruptura al interior de la etnia del Presidente: la crisis es más compleja de lo que parece”

martes, 29 enero 2008

Nairobi (Agencia Fides) - Grave evolución de la crisis keniana: por primera vez helicópteros militares abren fuego para dispersar a la muchedumbre en Naivasha, ciudad del Rift Valley, a 90 km de Nairobi, que es el epicentro de la violencia de los últimos días. Según testimonios locales al menos 3 helicópteros intervinieron, al parecer, para proteger un puesto de policía asaltado por centenares de personas.
“El desarrollo de las cosas es preocupante”, comenta a la Agencia Fides una fuete de la Iglesia local, que prefiere no revelar su nombre por razones de seguridad. “La situación parece haberse escapado de las manos incluso de quienes la provocaron. Además de los muertos, heridos y desocupados, los enfrentamientos están destruyendo la economía nacional. En Naivasha, por ejemplo, se concentra la producción de flores. Son miles los empleados involucrados en la floricultura, aunque pagados de manera irrisoria; y ahora estamos ante el riesgo de perder incluso esa fuente de rédito”.
“Lo que está sucediendo en Kenya es difícil de comprender incluso para los mismos kenianos” continúa la fuete local. “Esta violencia absurda no es espontánea sino organizada. Por ejemplo en Kisumu y sus alrededores han sido distribuidos volantes en los que se impone a la población no mandar a los hijos a la escuela. Las escuelas, que deberían retomar las lecciones el 28 de enero, han tenido que permanecer cerradas. El slogan que se leía en los volantes era: “No a Raila (Odinga), no a la escuela”. Más allá del absurdo de bloquear las escuelas como signo de protesta, lo que más sorprende es que se haya organizado la distribución de volantes también en poblaciones perdidas a más de 60 km de distancia de la capital. Esto demuestra que existe una organización… no es creíble que un grupo de manifestantes convocados espontáneamente logren una distribución capilar tan efectiva en un territorio tan amplio”.
Por lo que respecta a la violencia en Naivasha, la fuente de Fides afirma: “estoy convencido de que los Mungiki están involucrados, y que llevan adelante una agenda que no corresponde a la de ningún grupo político particular. Los Mungiki son kikuyu, pero es importante recordar que existe una división al interior de esta etnia que apoya al Presidente Kibabaki. Se trata de un conflicto que se remonta a la época de la descolonización. El movimiento de los Mau Mau (que se enfrentaban por la independencia del país), del que se declaran partícipes los Mungiki, estaba compuesto por los kikuyu de Kenya central. Los ingleses se apoyaban en los kikuyu de las periferias, en particular de Nairobi, quienes prestaban servicio en la administración central y de las fuerzas de policía locales. Cuando Kenya obtuvo su independencia en 1963, los que tomaron el poder eran los kikuyu “colaboracionistas”. Los Mungiki, reivindicando la herencia de los Mau Mau, pretenden obtener tierras y otros bienes que, según sostienen, les corresponden por derecho”.
“Se trata pues de una crisis sumamente complicada, que ha adquirido dimensiones internacionales. Recordamos que Kenya es el país “perno” del África oriental. Uganda, Rwanda, Burundi, el este de la República Democrática del Congo y el sur de Sudán dependen de las infraestructuras kenianas para comercializar con el resto del mundo. Si Kenya termina cayendo en el caos, por ejemplo, una eventual independencia del sur de Sudán sería prácticamente imposible. Entonces, ¿a quién puede beneficiar esta situación?, se preguntan nuestras fuentes. (L.M.) (Agencia Fides 29/1/2008; líneas 44, palabras 578)


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