AMERICA/MEXICO - Los Obispos en defensa de los campesinos y los indígenas mexicanos: “cuando las leyes del mercado se imponen sobre los derechos de las personas y de los pueblos, el lucro se convierte en valor supremo”

jueves, 17 enero 2008

Ciudad de México (Agencia Fides) - La Iglesia en México no permanece indiferente ante la realidad socioeconómica de los campesinos del país, sobre todo a partir de la entrada en vigor el pasado 1 de enero, de la última etapa de desgravación arancelaria del Tratado de Libre Comercio entre el país con Estados Unidos y Canadá (TLCAN), con el cual se abren totalmente las fronteras para la importación y exportación de productos agropecuarios. Esto significa que se podrá comprar y vender maíz, frijol, azúcar, leche en polvo y otros productos, sin restricciones arancelarias entre los tres países.
Ante esta situación y debido a las consecuencias negativas que esto supondrá para los campesinos en México, los Obispos de la Comisión Episcopal de Pastoral Social de la Conferencia Episcopal Mexicana, han publicado un documento titulado “Jesucristo, Vida y esperanza de los indígenas y campesinos”. Los Obispos muestran su preocupación por esta apertura comercial pues si bien “beneficiará a unos pocos agricultores poderosos y tecnificados, traerá consecuencias dolorosas para aquellos cuya supervivencia depende del campo”. Por ello, si no enmienda, “existe el riesgo real de un mayor empobrecimiento, especialmente en el medio rural e indígena, y de empujar a muchos campesinos más a abandonar el campo, y a emigrar a ciudades que no están preparadas para recibirlos”. Denuncian los Prelados que “cuando las leyes del mercado se imponen sobre los derechos de las personas y de los pueblos, el lucro se convierte en valor supremo y se conforman los grandes grupos de interés, que excluyen a los pobres, generando un sistema económico globalizado injusto e inhumano”.
Además del impacto económico, los Obispos también muestran su preocupación por el impacto cultural pues “la liberación de la importación de estos productos, en condiciones tan desfavorables para el campesinado mexicano, que causarían el abandono del cultivo de los mismos, puede romper definitivamente todas las dimensiones que integran la realidad social, cultural y religiosa de esta parte tan importante de la población, con resultados que serían muy lamentables para nuestro país”.
Ante esta situación realizan un llamamiento “a todos los católicos a hacerse solidarios con la situación que viven nuestros hermanos indígenas y campesinos”, a la vez que proponen algunas medidas como por ejemplo piden que las autoridades federales “analicen la posibilidad jurídica y la conveniencia económica para renegociar el apartado agropecuario del Tratado de Libre Comercio y proteger con mayor decisión los intereses de los campesinos e indígenas pobres” y generar “mecanismos de desarrollo que ayuden a los campesinos e indígenas a ir superando los efectos negativos del Tratado”. Así mismo piden que se construya “una globalización de equidad y de justicia para la familia humana” y se “destinen más recursos al campo y cuidar su recta aplicación, para que lleguen a los pequeños productores del campo” y no vayan a parar a otra manos.
“Convocamos a toda la sociedad mexicana a acompañar a los campesinos, valorar y agradecer su trabajo, adquirir sus productos y apoyarles en todas las formas posibles”, concluyen los Obispos.
Además la Iglesia Católica está realizando una Campaña de apoyo a los campesinos según ha anunciado Mons. Gustavo Rodríguez Vega, Obispo Auxiliar de Monterrey y titular de la Comisión Episcopal de Pastoral Social. Las acciones de apoyo al campo se harán mediante el reforzamiento de la campaña “Solidaridad por un comercio justo y un consumo responsable”, que desde hace tiempo viene promoviendo este organismo. Durante la Campaña se busca difundir algunos de los problemas de los campesinos, para ayudar a sensibilizar a la sociedad en su conjunto a fin de que entre todos puedan colaborar en el desarrollo y progreso de quienes viven en el plano rural. La campaña - ha afirmado Mons. Rodríguez - se desarrollará en diferentes comunidades parroquiales del país y en ellas se ofrecerán espacios para una venta más directa y justa entre los productores y los consumidores agropecuarios. (RG) (Agencia Fides 17/1/2008 Líneas: 51 Palabras: 675)


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