ASIA/UZBEKISTAN - Alegría y satisfacción en la comunidad católicA local por la abolición de la pena de muerte

jueves, 10 enero 2008

Tashkent (Agencia Fides) - Ha sido la primera buena noticia del 2008: el 1° de enero Uzbekistán ha abolido la pena de muerte. La pequeña comunidad católica en Uzbekistán ha acogido la noticia con gran alegría y conmoción, señalando los avances hacia el respeto de los derechos humanos y la suprema dignidad del hombre que se realizan en la república centroasiática. La decisión fue prevista por el decreto presidencial del 1 de agosto de 2005, que decretó la cancelación de la pena capital en el país a partir del primer día de este año, pero se esperó la confirmación del Tribunal Supremo, que no ha faltado.
Uzbekistán se convierte en así en el 134 país abolicionista en el mundo y el tercero de Asia Central ex Soviética, después de Turkmenistán y Kyrgyzstán. Según los misioneros presentes en el lugar, la moratoria universal sobre la pena de muerte, aprobada en la ONU el pasado mes de diciembre, ha contribuido a dar un ulterior impulso a un proceso en acto. Todos saludan con alegría y aprecio un paso histórico, que sigue a la abolición del pasado año de parte de Kyrgystan y que se inscribe en el recorrido hacia la moratoria y la abolición en Kazajstán.
El acontecimiento se ha venido realizando a lo largo de los años: el Gobierno de Uzbekistán inició un recorrido bienal, del 2005 al 2007, para preparar la abolición completa de la pena capital. En particular se debe indicar el trabajo de presión y sensibilización realizado por abolicionistas uzbeki, en particular por el movimiento de las Madres contra la Pena de muerte, (constituida por familiares de las personas ejecutadas), fundado por Tamara Chikunova, que han trabajado para sensibilizar a la opinión pública nacional e internacional con la Comunidad de San Egidio, en la defensa de los condenados a muerte y de la justa defensa legal en Uzbekistán. Desde el 2002, Tamara Chikunova y la Comunidad de San Egidio trabajan por la abolición de la pena de muerte en Uzbekistán y en todo la área de la Asia central, integrados en la Coalición Mundial contra la Pena de muerte (WCADP). En los últimos años al menos 21 condenados a muerte se han salvado de la ejecución, gracias a la acción de los movimientos abolicionistas. También la Comunidad de San Egidio ha dado las gracias el Gobierno de Uzbekistán por “el acto de gran civilización que rinde honor al país y que representa una decisiva contribución por una justicia más humana en el mundo."
La pequeña comunidad de unos 4.000 católicos en el territorio uzbeco ha rogado intensamente y ha acogido con alegría la noticia de la abolición, recordando que "Dios es la fuente y el autor de la vida y que el hombre no tiene el derecho para quitarla a nadie". (PA) (Agencia Fides 10/1/2008)


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