VATICANO - Benedicto XVI a los Obispos de Japón: "La necesidad de proclamar a Cristo con audacia y valentía es una prioridad constante para la Iglesia … Hoy tenéis la misión de buscar nuevas formas de incorporar el mensaje de Cristo a la cultura moderna de Japón”

lunes, 17 diciembre 2007

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - El Santo Padre, Benedicto XVI, ha recordado el 500 aniversario del nacimiento de san Francisco Javier, Apóstol del Japón, celebrado con alegría el pasado año en toda la Iglesia, a los Obispos del Japón, recibidos en audiencia durante su vista Ad Limina Apostolorum, el 15 de diciembre. “Me uno a vosotros en la acción de gracias a Dios por la labor misionera que desarrolló en vuestro País - ha dicho el Papa a los Obispos - y por las semillas de fe cristiana que plantó en el momento de la primera evangelización del Japón. La necesidad de proclamar a Cristo con audacia y valentía es una prioridad constante para la Iglesia … Hoy tenéis la misión de buscar nuevas formas de incorporar el mensaje de Cristo a la cultura moderna de Japón”
Benedicto XVI ha recordado después que "la fe es un tesoro que se debe compartir con toda la sociedad japonesa", y aunque los cristianos sean solo un pequeño porcentaje de la población, los Obispos deben ser la guía del clero, de los religiosos, de los catequistas, de los profesores y de las familias, para que puedan dar razón de la esperanza que está en ellos, asegurando también "una firme catequesis, basada en las enseñanzas del Catecismo de la Iglesia Católica y en el Compendio". El Papa ha continuado: "El mundo necesita el mensaje de esperanza del Evangelio. ¡Incluso en Países sumamente industrializados como el vuestro, muchas personas se dan cuenta de que el éxito económico y la tecnología avanzada no bastan para satisfacer los anhelos del corazón… ¡Recordad a las personas que en la vida hay algo más que el éxito profesional o los bienes materiales! Por medio de la práctica de la caridad, en la familia y en la comunidad, las personas pueden llegar a 'ese encuentro con Dios en Cristo que suscite en ellos el amor y les haga abrirse a los otros” (Deus caritas est, n. 31). Esta es la gran esperanza que puede ofrecer los cristianos en Japón a sus conciudadanos. o es algo extraño a la cultura japonesa; al contrario, refuerza y da un nuevo ímpetu a todo lo que es bueno y noble en el patrimonio de vuestra querida nación”.
De modo particular los jóvenes "corren el riesgo de dejarse engañar por el atractivo de la moderna cultura secular" ha continuado el Santo Padre, poniendo en evidencia como el desengaño les lleva con frecuencia a la depresión y desesperación e incluso al suicidio. "Si se orientasen su energía y su entusiasmo juvenil hacia las cosas de Dios, las únicas que pueden satisfacer sus anhelos más profundos, cada vez más jóvenes se decidirán a dedicar su vida a Cristo, y algunos reconocerán una llamada a servirlo en el sacerdocio o en la vida religiosa". El Papa ha exhortado a los Obispos a promover las vocaciones y a pedir en la oración al Señor que envíe ‘operarios a su mies’”.
Mas de la mitad de la población católica japonesa la constituyen los emigrantes, por ello, Benedicto XVI ha observado que se trata de "una oportunidad para enriquecer la vida de la Iglesia y para vivir la catolicidad auténtica del pueblo de Dios", y ha exhortado a los Obispos a "garantizar que todos se sientan acogidos en la Iglesia", además de vigilar para garantizar "que se observen cuidadosamente las normas litúrgicas y disciplinales de la Iglesia universal".
El Japón moderno ha emprendido un camino de "cada vez mayor apertura a la comunidad internacional", y otras naciones pueden sacar útiles enseñanzas "de la sabiduría de su antigua cultura y, en particular, del testimonio de paz que ha caracterizado su posición en el escenario político mundial en los últimos sesenta años". Benedicto XVI ha exhortado a continuación a los Obispos a seguir expresando su opinión sobre cuestiones de interés público en la vida de la nación y a difundir a todos los niveles de la sociedad dichas orientaciones: "de este modo, el mensaje de esperanza del Evangelio tocará realmente los corazones y las mentes, dando una mayor confianza en el futuro, mayor amor y respeto por la vida e incrementando la apertura hacia los que son de fuera y a los que están entre vosotros."
Concluyendo su discurso, el Papa ha recordado que la próxima Beatificación de 188 mártires japoneses "ofrece un claro signo de la fuerza y la vitalidad del testimonio cristiano en la historia de vuestra nación. Desde los primeros días, los hombres y mujeres japonesas han estado dispuestos para derramar su propia sangre por Cristo". (S.L) (Agencia Fides 17/12/2007; Líneas: 52 Palabras: 803)


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