VATICANO - Benedicto XVI a los Embajadores de Tailandia, Seychelles, Namibia, Gambia, Suriname, Singapur y Kuwait: "que todas las personas que participan en el gobierno de las naciones, hagan todo cuanto esté en sus manos para devolver la esperanza a los pueblos que gobiernan… La educación de los jóvenes debe ser una prioridad en todos los países"

viernes, 14 diciembre 2007

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - "Que todas las personas que desempeñan una función en la vida social y aquellas que participan en los gobiernos de las naciones, hagan todo cuanto esté en sus manos para devolver la esperanza a los pueblos que gobiernan" y "tengan en cuenta sus aspiraciones más profundas para que todos puedan beneficiarse del producto de las riquezas naturales y económicas de su país de acuerdo con los principios de justicia y equidad". Es el llamamiento lanzado por el Santo Padre Benedicto XVI el 13 de diciembre, en el curso de la audiencia concedida con ocasión de la presentación de las Cartas credenciales de los nuevos Embajadores ante la Santa Sede de Tailandia, Seychelles, Namibia, Gambia, Suriname, Singapur y Kuwait. Dirigiéndose a los nuevos Embajadores al Papa ha subrayado: "Vuestra función de diplomáticos es particularmente importante en el mundo actual para demostrar que en todas las situaciones de la vida internacional, el diálogo debe imponerse sobre la violencia, y que el deseo de paz y de fraternidad debe prevalecer sobre los contrastes y el individualismo que llevan solamente a tensiones y rencores que no contribuyen a construir sociedades reconciliadas". En su discurso el Papa ha asegurado su pensamiento y sus oraciones a todas las comunidades católicas presentes sobre el territorio de los países que representan los nuevos Embajadores, y las ha animado "a continuar su misión y el testimonio que dan mediante su misión al servicio de todos".
Benedicto XVI ha recomendado a continuación una atención particular a las jóvenes generaciones, "que son la primera riqueza de un país", y a su educación integral: "es necesario privilegiar una educación basada en los valores humanos y morales que permita a los jóvenes tener confianza en si mismos, tener esperanza en el futuro, preocuparse de sus propios hermanos y hermanas de la humanidad y ocupar el lugar que les corresponde en el crecimiento de la nación, sensibilizados también por las necesidades de los demás". En este contexto el Pontífice ha deseado que "en todos los países, sea una prioridad la educación de los jóvenes", luchando contra la erradicación del analfabetismo y la escasez de formación bajo todas sus formas: "es un modo particularmente importante para luchar contra la desesperación que puede anidarse en los corazones de los jóvenes y estar en la base de numerosos actos de violencia, individual o colectiva". El Pontífice ha recordado por último, el compromiso de las instituciones educativas de la Iglesia católica, junto a todos los hombres de buena voluntad, "en el sector de la formación global de los jóvenes", animando a todas las personas "que participan en esta bella misión de la educación de los jóvenes a continuar incansablemente su labor". (S.L) (Agencia Fides 14/12/2007; Líneas: Palabras:


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