AFRICA/CONGO RD - “La formación es la clave para hacer estable y segura la democracia congoleña” dice a Fides el Director de la Comisión diocesana “Justicia y Paz” de Bukavu

martes, 11 diciembre 2007

Bukavu (Agencia Fides) - “La nuestra es una democracia joven, todavía frágil, pero rica de oportunidad de crecimiento. No nos desanimen si hacemos pasos falsos, más bien ayúdennos a superar los momentos críticos” dice a la Agencia Fides el padre Justin Nkunzi, director de la Comisión diocesana “Justicia y Paz” de Bukavu, capital del sur Kivu, en el este de la República Democrática del Congo. “En el 2006 después de 40 años, hemos finalmente tenido elecciones presidenciales y legislativas” continua padre Nkunzi. “En la población congoleña se ha radicado un sentimiento de cambio: se ha cerrado una época y se ha abierto una nueva”.
“El cambio político se ha dado, pero a mi parecer, hay tres dificultades que debemos superar” prosigue el sacerdote congoleño. “La primera es la impaciencia de la gente: con la democracia las personas piensan que sus problemas van a ser resueltos inmediatamente. Yo digo sin embargo que es necesario tiempo porque hemos salido de más de 40 años de dictadura, somos una democracia que está dando sus primeros pasos y no se puede tener todo y enseguida. La segunda dificultad concierne a la formación de los dirigentes que hemos elegido para representarnos en las instancias políticas. Los nuevos diputados y administradores casi nunca han ejercido estos encargos, y tienen que aprender el trabajo”. La tercera dificultad es superar la vieja mentalidad según la cual los problemas deben ser resueltos desde el alto, del Estado, de los administradores. Debemos enseñar a la población sin embargo a arremangarse y a trabajar junto a los administradores para hacer crecer el País”.
Según el director de “Justicia y Paz” de Bukavu estos problemas se resuelven en primer lugar con la formación de las personas. “La formación es la clave para hacer estable y segura la democracia congoleña. Cuando la gente es ignorante y analfabeta es fácil convencerla a tomar las armas. La conciencia de la propia historia y de los propios derechos empuja a las personas a pensar que con las armas se contribuye solo a destruir el propio País. Tenemos una oportunidad de hacer progresar el Congo gracias a la Carta Constitucional que ha creado un Estado Federal. Estamos esperando la ley que actúa el federalismo que permitirá el desarrollo de las elecciones provinciales y locales en junio de 2008. La creación de órganos representativos locales, en un País inmenso como el nuestro, es una ocasión para acercar la población a las instituciones e involucrarla en el proceso decisional”.
Uno de los problemas más sentidos por parte de la población del este del Congo es la situación de inseguridad provocada por los militare todavía presentes en aquella área, en particular el grupo guiado por el ex general Laurent Nkunda. El ejército congoleño está conduciendo una gran ofensiva contra Nkunda en Kivu del norte (ver Fides 3/12/2007). “El problema de Nkunda no es solo una cuestión congoleña. Existen fuerzas que lo financian” dice padre Nkunzi. “Pero si existen responsabilidades externas es innegable que los primeros responsables de esta violencia fratricida sean congoleños. En Congo existen 400 tribus, si cada una de esta debiera tomar las armas para reivindicar los propios derechos, el País hubiera ya explotado. Sin embargo no ha sucedido porque hay un fuerte sentimiento nacional”.
La paz presupone la justicia. Padre Nkunzi recuerda que “en Congo las cárceles están llenas de personas acusadas de haber cometido pequeños delitos. Es necesario un sistema de justicia alternativo a la cárcel”. Por eso la Comisión Justicia y Paz de Bukavu ha creado en las parroquias de la Arquidiócesis los “consejos de sabios”, que median y resuelven disputas y litigios. Es un sistema que funciona y al cual hacen recurso también los no católicos. No tratamos solo casos de “ladrones de pollos”: hemos resuelto además disputas que surgieron durante la guerra. Cuando algún habitante de una aldea aprovecha de la confusión para saquear las casas de los vecinos”.
“Esta forma de justicia es importante, pero es necesario que haya también una justicia internacional para aquellos que con sus acciones han contribuido a desencadenar la guerra en el Congo” concluye padre Nkunzi.
(L.M.) (Agencia Fides 11/12/2007 Líneas: 50; Palabras: 707)


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