VATICANO - “Realidad, Luz, Acción”: una síntesis de la XXII Conferencia Internacional sobre “La pastoral en la atención de los ancianos enfermos”

jueves, 22 noviembre 2007

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - En la conclusión de los trabajos de la XXII Conferencia Internacional, Organizada por el Pontificio Consejo para la Pastoral de la Salud sobre la “Pastoral en la atención de los ancianos enfermos”, el Cardenal Javier Lozano Barragán, Presidente del Pontificio Consejo, comentó el evento evidenciando el aspecto pastoral que ha caracterizado los trabajos.
“Realidad, Luz y Acción” han sido los tres puntos claves sobre los que se ha articulado toda la Conferencia. “Para iniciar con la realidad, hemos hecho referencia a la historia de los cuidados pastorales en relación a los ancianos enfermos a través de los siglos —afirmó el Cardenal—. A continuación hemos tomado en cuenta la realidad demográfica actual y las principales enfermedades que afligen a los enfermos ancianos en esta época de globalización. A continuación nos hemos preguntado sobre los orígenes de estos flagelos a varios niveles: personal, tecnológico-científico, político-social y ecológico”.
En relación al segundo aspecto, la Luz, el Presidente del Pontificio Consejo destacó “el lugar especial que tenía la “canicie” en el Antiguo Testamento, y que es expresión del respeto debido a las personas ancianas, como lo indica también el cuarto mandamiento de Dios; la ancianidad, como las enfermedades, nos llevan a esperar el tiempo de la misericordia y de la clemencia de Dios”.
“El sustento espiritual, los sacramentos y la oración, para y con los enfermos ancianos, se entienden mejor como un abrazo corporal, encarnado, del amor de Cristo, precisamente cuando la identidad se debilita: de esta manera se llega a la felicidad y a la plena sabiduría” explicó el Cardenal, refiriéndose al tercer punto de la Conferencia. “Visitando a los ancianos enfermos se realiza una obra de misericordia, dando testimonio de la caridad fraterna y participando del amor de Dios en una solidariedad efectiva capaz de vencer la soledad. Se cumplen los tres ministerios: de la palabra, de la santificación y de la comunión, al tiempo que se ayuda al anciano a no perder la fe. El visitador representa a toda la comunidad cristiana que sonríe y reza por el enfermo”. (AP) (22/11/2007 Agenzia Fides; Líneas: 30; Palabras: 375)


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