VATICANO - Según Afraates el Sabio “la oración se realiza cuando Cristo mora en el corazón del cristiano y le invita a un compromiso coherente de caridad con el prójimo”, catequesis del Papa en la Audiencia general. Llamamiento por la Paz en Somalia

jueves, 22 noviembre 2007

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - El Papa Benedicto XVI dedicó la catequesis de la audiencia general de los miércoles a Afraates, apodado el Sabio, “uno de los personajes más importantes y al mismo tiempo más enigmáticos del cristianismo siríaco del siglo IV”. “En nuestra excursión por el mundo de los Padres de la Iglesia —afirmó el Papa al inicio de su catequesis— quisiera guiarlos a una región poco conocida de este universo de fe, al territorio donde florecieron las Iglesias de lengua semítica que no habían aún entrado en contacto con el pensamiento griego. Estas Iglesias se desarrollaron en el cercano Oriente a lo largo del siglo IV, desde Tierra Santa y Líbano hasta Mesopotamia... Son Iglesias en las que el ascetismo, bajo diversas formas de vida eremítica, (eremitas en el desierto, en las cavernas, estilitas) y el monacato, bajo formas de vida comunitaria, ejercen un papel de vital importancia en el desarrollo del pensamiento teológico y espiritual”.
Uno de los mayores exponentes del cristianismo siríaco de ese tiempo es Afraates, originario de la región de Ninive-Mossul, hoy Irak. Tenemos pocas noticias sobre su vida, según las fuentes fue jefe de un monasterio y fue también consagrado obispo. Escribió 23 discursos, conocidos con el nombre de “Exposiciones” o “Demostraciones”, en los que trata distintos temas de la vida cristiana como la fe, el amor, el ayuno, la humildad, la oración, la vida ascética y también la relación entre el judaísmo y el cristianismo, entre el Antiguo y el Nuevo Testamento. Escribía con un estilo simple, con frases breves y haciendo uso de paralelos, algunas veces contrastantes. “Afraates era originario de una comunidad eclesial que se encontraba en la frontera entre el judaísmo y el cristianismo, una comunidad que buscaba permanecer fiel que quería seguir fiel a la tradición judío-cristiana de la que se sentía hija y que mantenía una estrecho contacto con el mundo hebraico y con sus libros sagrados”.
“Son varios los temas que Afraates desarrolla en sus Exposiciones —explicó el Santo Padre—. Fiel a la tradición siríaca con frecuencia presenta la salvación realizada por Cristo como una cura y, por tanto a Cristo mismo como médico”, mientras “el pecado es una herida que sólo la penitencia puede sanar”. Otro aspecto importante en sus escritos es “la enseñanza sobre la oración y de forma especial sobre Cristo como maestro de oración. El cristiano reza siguiendo la enseñanza de Jesús y su ejemplo de oración...” Para Afraates “la vida cristiana se centra en la imitación de Cristo” y considera “la humildad una de las virtudes más acordes para sus discípulos. (...) Permaneciendo humilde también en la realidad temporal, el cristiano puede entrar en relación con el Señor”. Su visión del ser humano y de su realidad corporal, observó el Papa, “es muy positiva: el cuerpo humano, siguiendo el ejemplo de Cristo humilde, está llamado a la belleza, a la alegría, a la luz”. Afraates presenta la vida cristiana con una clara dimensión ascética y espiritual donde la fe es la base, el fundamento, ella hace del hombre un templo abitado por Cristo mismo. La fe hace posible una caridad sincera que se expresa en el amor a Dios y al prójimo”. También es clave en el pensamiento de Afraates el concepto de ayuno, que entiende en un sentido muy amplio. El habla de ayuno de alimentos como una práctica necesaria para tener caridad y ser virgen, del ayuno que constituye la continencia de cara a la santidad, del ayuno de palabras vanas o detestables, del ayuno de la cólera, del ayuno de la propiedad de bienes en vistas al ministerio, del ayuno del sueño para dedicarse a la oración”.
Benedicto XVI concluyó su catequesis reiterando la enseñanza del sabio sirio sobre la oración, “que se realiza cuando Cristo mora en el corazón del cristiano y lo invita a un compromiso coherente de caridad con el prójimo... Afraates nos invita a una oración que se haga vida cristiana, vida realizada, vida atravesada por la fe, por la apertura a Dios y así también por el amor al próximo”.
Al termino de la catequesis el Santo Padre realizó un llamamiento por la paz en Somalia: “Llegan noticias dolorosas sobre la precaria situación humanitaria de Somalia, especialmente en Mogadiscio, cada vez más afligida por la inseguridad social y por la pobreza. Sigo con trepidación la evolución de los acontecimientos y hago un llamamiento a los responsables políticos, tanto a nivel local como internacional, para que se encuentren soluciones pacíficas y se aporte consuelo a aquella querida población. Animo además los esfuerzos de cuantos, a pesar de la inseguridad y las incomodidades, permanecen en aquella región para ayudar y confortar a los habitantes”. (S.L.) (Agencia Fides 22/11/2007 - líneas 54, palabras 784)


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