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Colombo (Agencia Fides) - Las Iglesias cristianas de Sri Lanka piden a la comunidad internacional que no se olviden de la sufrida isla del subcontinente indio, donde se ha encendido un conflicto civil que está provocando grandes sufrimientos a la población, así como la muerte de tantos inocentes. Una delegación del Consejo Mundial de las Iglesias se dirigió recientemente al país, visitando las áreas de conflicto y encontrando líderes civiles y religiosos, constatando las dificultades de supervivencia de la población, la desastrosa condición de los niños, la pobreza crónica de los prófugos.
“Estamos felices de que estéis acá a daros cuenta de la situación”, dijo acogiendo a la delegación Mons. Ryappu Joseph, Obispo di Mannar, en el centro norte de la isla. Mannar es un distrito con mayoría tamil, mitad controlado por los rebeldes del “Liberation Tigers of Tamil Eelam”, que combaten contra el ejército regular. Es por lo tanto una espcie de “primera línea de conflicto”, un área en la que son frecuentes las operaciones militares y donde se hacen sentir los desplazamientos y la falta de bienes de primera necesidad. Las autoridades civiles han declarado que están “haciendo lo posible por salvar a los civiles inocentes”, pero las víctimas están ahí, una buena parte de la población no puede vivir una vida normal y ha tenido que abandonar su propia casa. En el territorio y en los locales de la Iglesia de Mannar, el Obispo ha dispuesto la acogida de más de 400 familias de refugiados.
Otro punto encendido del conflicto es Batticaloa, a lo largo de la costa oriental, donde los refugiados internos son al menos 300 mil y la situación de la asistencia humanitaria es de las más graves. Aquí la Asociación Interreligiosa por la Paz, de la que forman parte exponentes católicos, anglicanos, protestantes, hindú, ha pedido con fuerza: “¿Cuántos asesinatos, desapariciones, muertes, deben todavía ocurrir para que finalmente se tomen medidas?”.
Moviéndose más al Norte, la delegación llegó a Jaffna, corazón de la tierra controlada por los Tamil, donde existe un contingente militar gubernativo de más de 40 mil hombres. Actualmente los contactos entre Jaffna y el Sur han sido interrumpidos, y las provisiones de alimento, agua, medicinas, son bastante raras. La población se encuentra al extremo y lucha por sobrevivir, en una situación “de inmensa postración y humillación”.
Las Iglesias cristianas en Sri Lanka siguen cercanas a la población en estos tiempos difíciles de guerra, ofreciendo asistencia sanitaria y ayuda humanitaria, poniendo a disposición recursos, estructuras, personal sobre todo para la defensa y el cuidado de los más débiles (niños, ancianos, viudas). Están comprometidos también en programas de paz y reconciliación étnica y en iniciativas de diálogo interreligioso, obrando por difundir una cultura de paz y de solidaridad, especialmente en las escuelas. Defienden los derechos humanos, se hacen cargo de los más débiles y de los marginados. Junto a este compromiso, lanzan un fuerte llamamiento a la comunidad internacional: “¡No olvidéis Sri Lanka!”. (PA) (Agencia Fides 11/9/2007 líneas 35 palabras 497)
