VATICANO - Mensaje del Santo Padre con ocasión de la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales: la formación de los niños y la formación de los medios de comunicación social

sábado, 19 mayo 2007

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - “Los niños y los medios de comunicación social: un reto para la educación” es el tema escogido por el Santo Padre Benedicto XVI para la 41 Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales 2007 que se celebrará este domingo 20 de mayo. En el Mensaje, difundido como es costumbre el 24 de enero fiesta de San Francisco de Sales, Patrón de los periodistas, el Santo Padre afirma que el tema invita a reflexionar sobre dos aspectos: “Uno es la formación de los niños. El segundo, quizás menos obvio pero no menos importante, es la formación de los medios mismos”. Los medios en la actualidad poseen una influencia notable también en el campo de la educación al punto que “algunos afirman que la influencia formativa de los medios se contrapone a la de la escuela, de la Iglesia e incluso a la del hogar”.
El Mensaje invita a reflexionar sobre la relación entre los niños, los medios de comunicación social y la educación desde dos perspectivas: “la formación de los niños por parte de los medios, y la formación de los niños para responder adecuadamente a los medios”. El Santo Padre destaca la importancia de que “la formación en el recto uso de los medios es esencial para el desarrollo cultural, moral y espiritual de los niños”. Esta tarea les corresponde a los padres, a la Iglesia y a la escuela. Los padres “tienen el derecho y el deber de asegurar un uso prudente de los medios educando la conciencia de sus hijos, para que sean capaces de expresar juicios serenos y objetivos que después les guíen en la elección o rechazo de los programas propuestos”. Para llevar a cabo tan dura tarea “los padres deberían de contar con el estímulo y ayuda de las escuelas y parroquias”.
“La educación para los medios debería ser positiva” prosigue el Mensaje, en cuanto poniendo “a los niños delante de lo que es estética y moralmente excelente se les ayuda a desarrollar la apreciación, la prudencia y la capacidad de discernimiento... La belleza, que es como un espejo de lo divino, inspira y vivifica los corazones y mentes jóvenes, mientras que la fealdad y la tosquedad tienen un impacto deprimente en las actitudes y comportamientos”. Es particularmente importante en ese sentido el valor fundamental del ejemplo de los padres además de una adecuada “formación del ejercicio de la libertad”. “Muy a menudo la libertad se presenta como la búsqueda frenética del placer o de nuevas experiencias... La verdadera libertad nunca condenaría a un individuo —especialmente un niño— a la búsqueda insaciable de la novedad. A la luz de la verdad, la auténtica libertad se experimenta como una respuesta definitiva al "sí" de Dios a la humanidad, que nos llama a elegir lo que es bueno, verdadero y bello”.
“Este profundo deseo de los padres y profesores de educar a los niños en el camino de la belleza, de la verdad y de la bondad, solo será favorecido por la industria de los medios en la medida en que promueva la dignidad fundamental del ser humano, el verdadero valor del matrimonio y de la vida familiar, así como los logros y metas de la humanidad. De ahí que la necesidad de que los medios estén comprometidos en una formación efectiva y éticamente aceptable sea vista con particular interés e incluso con urgencia, no solamente por los padres y profesores, sino también por todos aquéllos que tienen un sentido de responsabilidad cívica”.
El Santo Padre hace notar como cuantos trabajan en el sector de las comunicaciones muchas veces se ven sometidos a presiones y a la competitividad comercial, sin embargo afirma que “toda tendencia a producir programas — incluso películas de animación y video juegos— que exaltan la violencia y reflejan comportamientos antisociales o que, en nombre del entretenimiento, trivializan la sexualidad humana, es perversión; y mucho más cuando se trata de programas dirigidos a niños y adolescentes”. El Papa renueva el apelo a los responsables de estos medios “para que formen y motiven a los productores a salvaguardar el bien común, a preservar la verdad, a proteger la dignidad humana individual y a promover el respeto por las necesidades de la familia”.
El Santo Padre concluye su mensaje recordando que la Iglesia “maestra en humanidad” está también llamada a ofrecer su ayuda a los padres, educadores, comunicadores y jóvenes: “Las parroquias y los programas escolares, hoy en día, deberían estar a la vanguardia en lo que respecta a la educación para los medios de comunicación social. Sobre todo, la Iglesia desea compartir una visión de la dignidad humana que es el centro de toda auténtica comunicación”. (S.L.) (Agencia Fides 24/1/2007, líneas 54, palabras 804)


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