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Hyderabad (Agencia Fides) – «La explosión de la fábrica química en el estado de Telangana vuelve a plantear el grave problema de la explotación y del respeto a la dignidad de los trabajadores. Las víctimas son en su mayoría pobres, tribales, migrantes y jornaleros, los más vulnerables. Habrá que determinar si ha habido negligencia y si las autoridades civiles y el propietario de la planta han respetado todas las medidas de seguridad en el trabajo», declara a la Agencia Fides el padre Stephen Alathara, vicesecretario general y portavoz de la Conferencia de Obispos Latinos de la India (CCBI).
El pasado 30 de junio se produjo una explosión en el distrito de Sangareddy, al norte de Hyderabad, capital del estado indio de Telangana, que causó la muerte de al menos 40 trabajadores y dejó más de 35 heridos, muchos de ellos en estado crítico. La explosión provocó el derrumbe de un edificio de tres plantas gestionado por la empresa farmacéutica Sigachi Industries Private Limited.
Tras las reacciones de la sociedad civil y la indignación expresada por la opinión pública, el gobierno del estado de Telangana ha asignado una indemnización de 1 millón de rupias a las familias de los trabajadores fallecidos y de 100.000 rupias a los heridos. Además, hoy, 3 de julio, se ha constituido una comisión de investigación con la presencia de expertos y científicos para analizar la explosión. La comisión deberá determinar las causas y establecer la secuencia de los acontecimientos que condujeron a la deflagración.
«La Iglesia india, en todas las comunidades, se ha unido para expresar su solidaridad y rezar por las víctimas en las misas celebradas diariamente, tal como nos han pedido los obispos», informa a Fides el padre Alathara. En una nota oficial, la Conferencia Episcopal Interritual de la India (CBCI) ha expresado «profunda tristeza y dolor por la trágica explosión en una fábrica química en Telangana». «Nuestros corazones están con las familias que han perdido a sus seres queridos en esta tragedia repentina y devastadora. Oramos también por la rápida y completa recuperación de todos los heridos y para que el Señor dé fuerza y ánimo a sus familias y a quienes los cuidan», se lee en la nota de los obispos indios.
Muchas de las víctimas, han señalado los prelados, eran originarias de otros estados y migrantes internos que habían llegado a Telangana para mantener a sus familias. La declaración de la CBCI invoca «una investigación exhaustiva y transparente para esclarecer las causas de la explosión y las posibles deficiencias detectadas», subrayando que «la dignidad de toda vida humana y el derecho a un entorno de trabajo seguro y protegido deben defenderse como una responsabilidad moral y constitucional».
El padre Alathara concluye: «Es necesario revisar las leyes laborales que permiten a las empresas explotar a los trabajadores. Y habrá que averiguar si se cumplían todas las normas previstas. Los que sufren las consecuencias de este fenómeno son siempre los más pobres, los indefensos, que ni siquiera pueden recurrir a los tribunales: los migrantes, los tribales, los más vulnerables. La Iglesia está a su lado para ayudarles con todos los medios y de todas las formas posibles».
(PA) (Agencia Fides 3/7/2025)
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