VATICANO - EL PAPA EN LA AUDIENCIA GENERAL: “NUESTROS PASOS INCIERTOS SON GUIADOS POR EL RESPLANDOR DE LA VERDAD QUE CRISTO DIFUNDE EN EL MUNDO Y EN LA HISTORIA” - “ABANDONAOS CON CONFIANZA EN LAS MANOS DE MARÍA, INVOCÁNDOLA INCESANTEMENTE CON EL ROSARIO”

jueves, 2 octubre 2003

Ciudad del Vaticano ( Agencia Fides) - El miércoles 1 de octubre el Santo Padre Juan Pablo II tuvo su habitual Audiencia General en la Plaza de San Pedro, donde concluyó el ciclo de catequesis sobre los Salmos y Cánticos propuestos en la oración matutina de Laúdes, comentando el “Benedictus” (Lc 1,68-69.76.78-79). “el cántico entonado por el padre de Juan Bautista, Zacarías, cuando el nacimiento de su hijo cambió su vida, cancelando la duda que le había dejado mudo, castigo por su falta de fe”.
“Nos encontramos, de hecho, ante una bendición que proclama las acciones salvadoras y la liberación ofrecida por el Señor a su pueblo- explicó el Santo Padre-. Es, de hecho, una lectura «profética» de la historia, es decir, el descubrimiento del sentido íntimo y profundo de todas las vicisitudes humana, guiadas por la mano escondida pero operante del Señor, que se entrecruza con la mano débil e incierta del hombre”.
Adentrándose en la explicación del Cántico evangélico, el Santo Padre subrayó como su vértice se encuentra en una frase casi conclusiva: «Nos visitará el sol que nace de lo alto». Con Cristo, por tanto, aparece la luz que ilumina a toda criatura y la humanidad «que vive en tiniebla y en sombra de muerte» es iluminada por este resplandor de revelación. “Este sol guiará «nuestros pasos por el camino de la paz». Nos movemos, entonces, teniendo como punto de referencia esa luz; y nuestros pasos inciertos, que durante el día se desvían con frecuencia por caminos oscuros y resbaladizos, son guiados por el resplandor de la verdad que Cristo difunde en el mundo y en la historia”.
Al termino de la catequesis, saludando a los peregrinos en las diversas lenguas, el Papa invitó nuevamente a rezar el Rosario con estas palabras: “ Ha comenzado propiamente el mes de octubre, que adquiere una particular significado en este años dedicado al Rosario. Os invito a vosotros queridos jóvenes, enfermos y recién casados, a rezar con devoción esta oración tan querida por la tradición del pueblo cristiano. Abandonaos con confianza en las manos de María, invocándola incesantemente con el Rosario, meditación de los misterios de Cristo”. (S.L.) (Agencia Fides 2/10/2003 Líneas: 34 palabras: 413)


Compartir: