Società dei Beati Martiri Coreani
Seúl (Agencia Fides) – La comunidad católica de Seúl ha anunciado que ha recibido de la Santa Sede el «Nihil obstat» (sin impedimento) para el inicio del proceso de beatificación del padre Leo Bang Yu-ryong (1900-1986), reconocido como «antepasado de la fe» e iniciador de la vida monástica coreana, profundamente enraizada en el espíritu de los mártires del país. Monseñor Job Koo Yoo-bi, obispo auxiliar de Seúl y presidente de la Comisión diocesana para la beatificación y canonización, ha expresado con alegría que la archidiócesis se prepara ahora a abrir la fase diocesana del proceso, que reunirá datos y testimonios sobre la heroicidad de las virtudes y la fama de santidad del padre Bang Yu-ryong, quien de este modo será declarado «Siervo de Dios».
El padre Bang Yu-ryong nació el 6 de marzo de 1900 en el seno de una familia católica, en la Corea aún no dividida. Creció en un contexto marcado por la persecución de los cristianos, primero bajo la dinastía Joseon y después durante el imperialismo japonés. En 1917 ingresó en el seminario con el deseo de convertirse en sacerdote. En aquellos años, en el Seminario Menor de Yongsan, las lecturas espirituales y las visitas a monasterios despertaron en él la convicción de que la vida monástica era una necesidad para la Iglesia local.
Ordenado sacerdote en 1930, inició su ministerio como vicario parroquial en Chuncheon (provincia de Gangwon), después en Jangyeon (provincia de Hwanghae), y en 1933 fue nombrado párroco en la misma provincia. Allí renovó la pastoral: eliminó la costumbre de separar a los niños y a las niñas en la iglesia, instalo el primer órgano, creo un coro juvenil e impulso con fuerza las actividades de los jóvenes. Además, mostro un cariño especial hacia los aspirantes a monjes, acompañándolos espiritualmente con sabiduría y afecto.
En su interior siempre alimento el deseo de hacerse religioso para acercarse más al amor de Dios. Sin embargo, en aquella época en Corea solo existían órdenes extranjeras. Por ello, sintió la necesidad de una congregación autóctona, nacida de la lengua y la mentalidad coreanas. Movido por este espíritu, el 21 de abril de 1946, primer domingo de Pascua tras la liberación de Corea, que tuvo lugar el 15 de agosto de 1945, y el centenario del martirio del padre Andrew, Kim Dae-Geon, fundo la primera congregación femenina coreana: las Hermanas de los Beatos Mártires Coreanos. Las cofundadoras, la hermana Yun Byeong-Hyeon y la hermana Hong Eun-Sun, comenzaron juntas la historia de la congregación vistiendo el traje coreano más humilde, un jeogori blanco y una falda negra.
El sacerdote quiso que el corazón de la vida religiosa coreana fuese perpetuar el espíritu de los mártires, a quienes llamaba «antepasados en la fe». Encomendó a la nueva congregación el carisma de «difundir el Evangelio en un espíritu de amor fraterno y de martirio, para gloria de Dios y santificación de sus miembros» y nombró a los mártires coreanos santos patronos de la congregación.
En los años siguientes, las Hermanas abrieron escuelas y academias femeninas, y el 8 de marzo de 1950 se trasladaron a su actual sede en Seúl. Durante la guerra de Corea, el padre Bang Yu-ryong fue nombrado párroco de Jegi-dong, en la diócesis de Seúl, y el 12 de diciembre de 1951 recibió de la Santa Sede la aprobación oficial de la Sociedad de los Beatos Mártires Coreanos. El 30 de octubre de 1953 fundo también la Congregación masculina de los Beatos Mártires Coreanos, primera orden religiosa masculina autóctona. En 1957 erigio la Tercera Orden, de laicos consagrados con el mismo carisma, y en 1962 autorizo la fundación de la Sociedad de las Hermanas de la Palma de los Mártires Coreanos, destinada a mujeres casadas y viudas, que hoy todavía existe.
El 6 de mayo de 1957, el padre Bang Yu-ryong emitio sus votos perpetuos en la Sociedad por él fundada, pasando de sacerdote diocesano a religioso consagrado. Desde entonces, dedico toda su vida a consolidar la gran familia espiritual de las comunidades inspiradas en los mártires coreanos.
La espiritualidad de la Sociedad de los Mártires Coreanos, en todas sus ramas, consistía, según él, en dedicar la vida a Cristo a través de la meditación, el silencio y la trascendencia, incluso en las actividades cotidianas, entregándose sin reservas al prójimo. Su muerte tuvo lugar el 24 de enero de 1986.
Además del proceso del padre Bang Yu-ryong, la archidiócesis de Seúl está siguiendo actualmente los procesos de beatificación de otras dos importantes figuras católicas: el obispo Barthelemy Bruguière (1792-1835) de la Sociedad de Misiones Extranjeras de París, primer vicario apostólico de Corea; el cardenal Stephen Kim Sou-hwan (1922-2009), arzobispo de Seúl de 1968 a 1998 y primer cardenal nativo de Corea.
(PA) (Agencia Fides 26/9/2025)