ÁFRICA/SUDÁN DEL SUR - De las armas a la coexistencia inter-étnica: la educación como instrumento de paz

martes, 13 diciembre 2022

Tombura Yambio (Agencia Fides) – “Creemos firmemente en la educación como instrumento de paz. También en Sudán del Sur, para pasar del rifirrafe al diálogo, es necesario invertir en escuelas, fundamentales para el crecimiento de un país atormentado por años de conflicto”.
La Hermana Laura Gemignani, misionera comboniana, siguiendo el carisma de San Daniel Comboni, continúa prestando su servicio en varios países africanos desde hace más de 40 años. Actualmente se encuentra en Kanawat, diócesis de Kotido, en Karamoja, a 10 horas en coche de Kampala. Pero desde julio de 2012 está en Sudán del Sur y ha podido seguir de cerca sus convulsiones y dramas. Durante sus años en Yambio, sufragánea de la archidiócesis de Juba, ha estado comprometida con sus habitantes, a los que describe como “gente tranquila y pacífica, perteneciente al reino Azande, que, aunque sin relevancia política, siempre ha transmitido un sentimiento de unidad y cohesión”. Azande Atoroba Peni Gbudue, el rey más reciente de los Azande, fue investido en Yambio el 9 de febrero de 2022. “Debido a los continuos conflictos tribales, sacerdotes y obispos se enfrentan a enormes dificultades para llevar a cabo su misión al servicio del Evangelio. En algunos casos, las hostilidades entre los distintos grupos étnicos se reflejan en actitudes frías hacia los pastores. Para superar estos problemas, en Yambio muchos sacerdotes y el obispo, Eduardo Hiiboro Kussala, se han centrado mucho en la educación abriendo escuelas, ofreciendo oportunidades de estudio a muchos niños”.
Los misioneros combonianos presentes en el país desde el final de la guerra son 35. En estos años de presencia han abierto un centro de salud, una escuela primaria, y ahora también han puesto en marcha una escuela secundaria, así como un centro de catequesis que han cedido a la diócesis. “El centro de salud, el Hospital General Saint Therese, en Nzara, a 30 km de Yambio, es un verdadero hospital”, dice la Hermana Laura, “con un centro para el tratamiento de pacientes con VIH. Los pacientes que sigue el Programa Arco Iris son. En la actualidad hay 160 trabajadores sanitarios y el hospital cuenta con quirófano, laboratorios para la anemia falciforme, que afecta a gran parte de la población, maternidad, pediatría y medicina general. También hemos creado salas de urgencias donde los médicos pueden intervenir y una clínica para el seguimiento de los enfermos de tuberculosis y lepra”.
La hermana Laura insiste en el carisma que anima el servicio de las misioneras combonianas: “Trabajar con los pobres es nuestro privilegio porque nos ofrece la oportunidad de tocar la carne de Cristo”.
A pesar de un acuerdo de paz nacional firmado en 2018, hay una serie de conflictos aparentemente locales en Sudán del Sur. Algunos analistas afirman que la violencia actual, en la que participan milicias nuer y shilluk en el estado del Alto Nilo, es una de las más mortíferas. Desde mediados de noviembre de 2022, miles de personas han sido desarraigadas y se teme un ataque inminente en Kodok, localidad que alberga a más de 10.000 shilluk desplazados. Se ha pedido a la ONU que intensifique las medidas de seguridad, pero, según los informes, las fuerzas nuer han rodeado Kodok y cortado las vías de escape, incluido el cercano campamento de Malakal. Los enfrentamientos se han desencadenado por las tensiones en el seno de un grupo escindido del principal movimiento de oposición del país, el Sudan People's Liberation Army-In Opposition (SPLA-IO). El presidente Salva Kiir ha declarado que no puede detener los combates, aunque algunos analistas afirman que su poder se perpetúa y refuerza precisamente enfrentando entre sí a los distintos componentes de la población.
El Papa Francisco, en los saludos tras el Ángelus del domingo 11 de diciembre, expresó su cercanía al sufrimiento del pueblo de Sudán del Sur, país que le acogerá a principios de febrero. El Papa expresó su preocupación por la violencia que asola especialmente el estado del Alto Nilo y que está provocando la huida de miles de personas.
El 9 de julio de 2011 se proclamó la independencia de Sudán del Sur. Salva Kiir, miembro de la etnia dinka, se convirtió en el primer presidente y nombró como adjunto a Riek Machar, de etnia nuer. Sin embargo, ni siquiera tres años después de aquel día, estalló una nueva guerra civil. De hecho, en 2013 Machar, que aspiraba a la presidencia, fue destituido y se reanudó la gran inestabilidad y las tensiones. Tras muchas negociaciones fallidas, Kiir volvió a nombrar vicepresidente a Machar, aún en el exilio. Machar regresó a Juba para firmar el acuerdo de paz. Pero el enfrentamiento continuó. Tras muchas negociaciones fallidas, Kiir volvió a nombrar vicepresidente a Machar. Este último regresó a Juba el 26 de abril de 2016 para firmar el acuerdo de paz establecido en Etiopía en agosto de 2015 pero que desde entonces sigue parado.
A pesar de los indudables avances en la aplicación del acuerdo de paz, que condujeron a la creación de un Gobierno de Transición de Unidad Nacional en febrero de 2020 y a la reapertura del Parlamento en mayo de 2021, el equilibrio en Sudán del Sur sigue siendo extremadamente precario. Se suponía que 2022 iba a ser un año electoral, pero el 4 de agosto, Salva Kiir y Riek Machar, de mutuo acuerdo, ampliaron dos años el periodo de transición. Las elecciones, previstas para febrero de 2023, se aplazaron hasta principios de 2025, dejando así en el poder al gobierno de transición formado en febrero de 2020.
(LG/AP) (13/12/2022 Agencia Fides)


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