ÁFRICA/MOZAMBIQUE - “Los terroristas quieren hacernos creer que se trata de una guerra religiosa, pero no lo es”, afirma el obispo de Nacala

sábado, 8 octubre 2022 yihadistas   obispos  

Maputo (Agencia Fides) – “Son los terroristas los que quieren hacernos creer que se trata de una cuestión religiosa, pero no lo es”, afirma Mons. Alberto Vera Aréjula, obispo de Nacala, en el norte de Mozambique, donde desde 2017 los grupos armados que se autodenominan Estado Islámico, siembran muerte y destrucción.
“La opinión internacional ha establecido la idea de que se trata de una guerra religiosa, una guerra del Estado Islámico. Aquí pensamos que no, aunque es cierto que hay yihadistas”, explica el obispo Vera en una entrevista con InfoCatólica. “Aunque puede haber 50 fanáticos y, entre ellos, 10 o 15 que dirigen o manejan toda la red de terrorismo en Cabo Delgado y ahora en Nampula, son los terroristas los que quieren hacernos creer que se trata de una cuestión religiosa, pero no lo es”, insiste el obispo, que recuerda los diferentes intereses en juego en el norte de Mozambique que contribuyen a alimentar la violencia.
En primer lugar, los económicos, ligados a la explotación de grandes yacimientos de gas por parte de empresas occidentales, (pero también hay recursos minerales aún por determinar que podrían despertar el interés de muchos).
Otros intereses, de los que se habla muy poco, son los relacionados con el narcotráfico, con “la heroína procedente de India, Pakistán o Afganistán, que entra por esta zona costera”, recuerda el obispo Vera. El crimen organizado también trafica con niñas para enviarlas a la prostitución. El enorme desplazamiento provocado por la violencia de los terroristas -más de un millón de personas obligadas a huir- puede facilitar la captación de niñas que se han visto separadas de sus familias por los acontecimientos.
El asalto a la misión de Chipene (véase Fides 7/9/2022) donde fue asesinada la religiosa comboniana María De Coppi, podría ser, según el obispo de Nacala, una acción destinada a obtener una fuerte resonancia mediática: “Esto se debe a que había personas de tres nacionalidades diferentes y sabían que al día siguiente su acción tendría una repercusión internacional, sobre todo cuando el gobierno dice que ha controlado más o menos el problema”.
Aunque Mozambique es un país predominantemente cristiano, en las provincias del norte, la mayoría de la población (hasta el 70%) profesa el Islam. Sin embargo, “el islam local siempre ha sido pacífico y nunca ha habido problemas graves de convivencia”, afirma el obispo Vera. “El problema no es el islam de aquí, sino el que viene de fuera, normalmente de extranjeros que crean mezquitas financiadas por no sabemos quién”, subraya el obispo. “En los pueblos la gente sencilla, cristianos y musulmanes, se siente muy unida, no hay problemas. En las visitas que hago a las misiones, siempre me encuentro con los responsables de las mezquitas. La relación es muy buena. Prueba de esta buena sintonía es que en la misa suele haber también musulmanes. En la que oficie hace unas semanas en el distrito de Liupo, había casi tantos musulmanes como cristianos”, dice.
Los yihadistas reclutan a los jóvenes más por desesperación que por ideología o fanatismo religioso. “Entre los yihadistas también se encuentran jóvenes no musulmanes sin futuro (algunos incluso cristianos) que se unen al grupo simplemente por dinero”, dice Mons. Vera.
(L.M.) (Agencia Fides 8/10/2022)


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