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Managua (Agencia Fides) – “Ante la decisión de la Asamblea Nacional de cancelar la personería jurídica a la fundación de las Hermanas Misioneras de la Caridad de Santa Teresa de Calcuta quienes brindaban asistencia a los más pobres de nuestra sociedad nicaragüense, lamentamos profundamente el dolor de tantos hermanos nuestros que ya no tendrán las atenciones que recibían de las hermanas”: Así escribe el cardenal Leopoldo Brenes, arzobispo de Managua, en una nota publicada el 4 de julio, recibida por la Agencia Fides. El breve texto concluye con estas palabras: “así mismo les expresamos nuestra gratitud por su invaluable servicio a nuestras iglesias locales, Estimadas Hermanas cuenten con nuestra cercanía, solidaridad y nuestras humildes oraciones ‘Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios’ (Mt 5,8)”
De hecho, en los últimos días el gobierno nicaragüense ha emitido un decreto que anula la personalidad jurídica de 101 ONG, entre ellas la asociación de las Misioneras de la Caridad. El Parlamento ratificó la decisión y las Hermanas de la Madre Teresa de Calcuta deben abandonar el país. Según el Ministerio del Interior, las monjas no han cumplido determinadas obligaciones legales y han infringido la legislación vigente sobre blanqueo de capitales y financiación del terrorismo y de armas de destrucción masiva. Además, la asociación de las Misioneras de la Caridad no está acreditada por el Ministerio de la Familia y el Ministerio de Educación para llevar a cabo sus actividades. Las Misioneras de la Caridad de Nicaragua trabajan en varias estructuras para niños, jóvenes y ancianos necesitados.
El régimen de Daniel Ortega lleva mucho tiempo adoptando medidas represivas contra la Iglesia en Nicaragua, como ordenar el cierre del canal de televisión de la Conferencia Episcopal. El 6 de marzo, “la Santa Sede ha recibido con gran sorpresa y pesar la comunicación de que el gobierno nicaragüense ha decidido retirar el beneplácito (agrément) a S.E. Mons. Waldemar Stanislaw Sommertag, Nuncio Apostólico en Managua desde 2018, ordenándole que abandonara el país inmediatamente después de la notificación de la medida”. En el transcurso de su misión, precisaba un comunicado de la Santa Sede, Mons. Sommertag “ha trabajado con profunda dedicación por el bien de la Iglesia y del pueblo nicaragüense, especialmente de los más vulnerables, buscando siempre fomentar las buenas relaciones entre la Sede Apostólica y las autoridades nicaragüenses”.
El 21 de mayo, la Arquidiócesis de Managua expresó su solidaridad y cercanía con los fieles y sacerdotes de la Parroquia del Santo Cristo de las Colinas, en Managua, donde Monseñor Rolando Álvarez, Obispo de la Diócesis de Matagalpa y Administrador Apostólico de Estelí, “se encuentra preso, en oración y ayuno”, así como la parroquia de San Juan Bautista en la ciudad de Masaya, y su párroco, el padre Harvy Padilla, “que viven en un clima de zozobra por su seguridad personal y la imposibilidad de ejercer su derecho a vivir y celebrar su fe en un ambiente de paz y libertad” (véase Fides 23,24,30/5/2022).
En la solemnidad del Corpus Christi, el 16 de junio, el Secretariado Episcopal de Centroamérica (Sedac) publicó un comunicado de solidaridad con la Iglesia de Nicaragua, con “todos los Obispos, sacerdotes, comunidades religiosas y laicos de ese país hermano que trabajan con diligencia por la Viña del Señor; a pesar de las dificultades y pruebas que encuentran en su camino” (véase Fides 17/06/2022). Expresiones similares de solidaridad han sido expresadas por varias Conferencias Episcopales de países centroamericanos, como El Salvador (véase Fides 7/6/2022).
(SL) (Agencia Fides 05/07/2022)
