VATICANO - Papa Francisco: la misión nace de la gratitud. Y los apóstoles son testigos, no manager

martes, 14 junio 2022 papa francisco   misión   anuncio   oración   fraternidad   institutos misioneros   misioneros  

Roma (Agencia Fides) - La alegría de anunciar el Evangelio brilla siempre sobre el fondo de una memoria agradecida. E incluso el don de sí mismo que se expresa en toda obra apostólica y misionera nunca puede obtenerse como resultado de un razonamiento o de un cálculo, sino que sólo puede nacer como reflejo de la gratitud. Lo ha dicho el Papa Francisco este 13 de junio, a los participantes en el Capítulo General de los Misioneros de África, (conocidos como “Padres Blancos”), dedicado al tema “misión como testimonio profético”.
“Me ha gustado mucho escuchar que han vivido estos días ‘con gratitud’ y ‘con esperanza’. Esto es muy bonito” ha subrayado el Papa al inicio de su discurso. “Mirar hacia el pasado con gratitud es un signo de buena salud espiritual; es la actitud ‘deuteronómica’ que Dios enseñó a su pueblo”. Esta gratitud es la que alimenta la llama de la esperanza, ha proseguido el Papa. “Y quien no sabe agradecer a Dios los dones que ha sembrado a lo largo del camino – aunque sea fatigoso y a veces doloroso – no tiene ni siquiera un ánimo esperanzado, abierto a las sorpresas de Dios y confiado en su providencia”. Solo con la gratitud pueden madurar “las raíces de la vocación que el Señor suscita con su Espíritu y su Palabra”. Una comunidad en la que se sabe decir ‘gracias’ a Dios y a los hermanos y en la que se ayuda recíprocamente a esperar en el Señor Resucitado es una comunidad que atrae y sostiene a los que han sido llamados”.
En el horizonte de la gratitud y la gratuidad el Papa Francisco ha situado las consideraciones ofrecidas a los Padres Blancos sobre el tema del Capítulo General y su fidelidad al “carisma que el Espíritu confió al cardenal Lavigerie” (Charles Lavigerie, fundador de la Sociedad Misionera de África, 1825-1892, ed.). “Sean apóstoles, nada más que apóstoles", fue la exhortación que el cardenal Lavigerie repitió a los miembros de la sociedad misionera a la que dio inicio.
“El apóstol de Jesucristo – ha remarcado el Papa retomando las palabras del Cardenal fundador -, no es alguien que hace proselitismo, no es un mánager, no es un conferenciante docto, no es un ‘mago’ de la informática. El apóstol es un testigo. Esto es válido siempre y en todas partes en la Iglesia, pero es especialmente cierto para aquellos que, como ustedes, a menudo son llamados a vivir la misión en contextos de primera evangelización o de prevalencia de la religión islámica”.
Tras reiterar la distancia genética que separa el anuncio del Evangelio de cualquier forma de proselitismo cultural, político o religioso, el Papa ha sugerido también cuáles son los rasgos propios que caracterizan el ser testigo de Cristo: “Testigo – ha dicho el Obispo de Roma- significa esencialmente dos cosas: oración y fraternidad. Un corazón abierto a Dios y un corazón abierto a nuestros hermanos y hermanas. En primer lugar, estar en presencia de Dios, dejarse mirar por Él, cada día, en adoración”. Toda obra misionera auténtica y fecunda no es una expresión de activismo en movilización permanente, una entrega a una causa justa, sino que encuentra su única fuente “en ese 'permanecer en Él', en Cristo, que es la condición para ser apóstol”. Es la paradoja de la misión: sólo puedes irte si te quedas. Si no eres capaz de permanecer en el Señor, no podrías ir”. Esta dinámica que brota de toda auténtica aventura misionera –ha señalado el Sucesor de Pedro- estuvo también presente en la vida de San Carlos de Foucauld, recientemente propuesto a la veneración de la Iglesia universal. “Oración y fraternidad: La Iglesia está siempre llamada a volver a este núcleo esencial, a esta sencillez irradiante, naturalmente no de manera uniforme, sino en la variedad de sus carismas, de sus ministerios, de sus instituciones; pero todo debe dejar traslucir este núcleo original, que se remonta a Pentecostés y a la primera comunidad, descrita en los Hechos de los Apóstoles”. A partir de tal "núcleo", ha sugerido el Papa Francisco, el don de la profecía puede irradiarse libremente, no sólo como una realidad individual, confiada a personas solas, sino también como una experiencia comunitaria, que puede experimentarse en las pequeñas comunidades de los Misioneros de África llamadas a vivir en contextos "donde a menudo, además de la pobreza, se experimenta la inseguridad y la precariedad". Es precisamente en esos contextos – ha recordado el Papa a los Padres Blancos- donde sois enviados a experimentar la dulce alegría de evangelizar. San Pablo VI utiliza esta palabra en su Evangelii Nuntiandi. Evangelizar es la misión de la Iglesia, evangelizar es la alegría de la Iglesia. Por cierto –ha añadido el Papa -, tomad la Evangelii Nuntiandi, que sigue vigente hoy, y os dará muchas, muchas luces para la reflexión y la misión. Doy gracias al Señor con vosotros por este gran don de la evangelización”.
Al comienzo de su discurso ante el Capítulo General de los Misioneros de África, el Papa Francisco les ha confiado su “gran pesar” por haber tenido que posponer el viaje al Congo y a Sudán del Sur. “En efecto –ha dicho el Papa - a mi edad ¡no es tan fácil partir en misión! Pero sus oraciones y su ejemplo me dan valor, y confío en que podré visitar a estos pueblos, a los que llevo en mi corazón”. El domingo 3 de julio - ha añadido el Obispo de Roma-, “trataré de celebrar la misa con la comunidad romana congoleña... El día que debía celebrar en Kinshasa. Llevaremos a Kinshasa a San Pedro, y allí celebraremos con todos los congoleños romanos, ¡que son muchos!”.
(GV) (Agencia Fides 14/6/2022)


Compartir:
papa francisco


misión


anuncio


oración


fraternidad


institutos misioneros


misioneros