ÁFRICA/NÍGER - El Fuego de Pentecostés y el fuego de las armas: el tiempo de los mártires africanos aún no ha terminado

miércoles, 8 junio 2022

SMA

Niamey (Agencia Fides) - Pocos días antes de la masacre de los fieles de la Iglesia Católica en la ciudad de Owo, Nigeria (véase Agencia Fides 6/6/2022), el Consejo Noruego para los Refugiados (NCR), publicó su lista anual de las 10 crisis olvidadas en el mundo. Por primera vez desde que se publicó el informe, las diez crisis están todas en África. La República Democrática del Congo ocupa el primer puesto, seguida de Burkina Faso, Camerún, Sudán del Sur, Chad, Malí, Sudán, Nigeria, Burundi y Etiopía.
El padre Mauro Armanino, sacerdote de la Sociedad de Misiones Africanas, cuenta: “Los fieles acababan de celebrar la fiesta de Pentecostés y de escuchar el pasaje que describe el descenso del espíritu en forma de lenguas de fuego sobre los presentes. Del fuego del Espíritu al fuego de las armas el paso fue corto, dramáticamente corto. Un Fuego y los otros fuegos, uno de vida y los otros de muerte. Decenas de personas consumidas por el fuego, no son los primeros ni los últimos en Nigeria, que desde hace años se desliza hacia el abismo de la violencia armada, la corrupción y la presunta y posible complicidad de algunos políticos”.
En la nota enviada a la Agencia Fides, el misionero, que trabaja en Niamey (Níger), señala que "hacer una lista de los ataques armados en Nigeria sería pedante y la letanía de los muertos, que desgraciadamente se actualiza a diario, es indefinida. Ya en 2020, una ONG local había recopilado una lista de cristianos asesinados en los seis primeros meses del año: 1202, a manos de peuls (pastores tradicionales) y activistas de Boko Haram/Iswap (Estado Islámico en la provincia de África Occidental). Estos ataques se produjeron principalmente en el sur de Kaduna. La ONG en cuestión señala que estos ataques se repiten con la complicidad del gobierno nigeriano”.
El padre Armanino explica que, aunque los cristianos no son las únicas víctimas de esta guerra, representan una parte considerable de ella. "Por ejemplo, el mes pasado se quemaron casas y se saquearon comercios en el norte del país por acusaciones de blasfemia. Hubo decenas de muertes en el estado de Benue de feligreses que abandonaron la iglesia y, recordamos, la lapidación de una colegiala en Sokoto acusada de blasfemia. Más tarde, la iglesia de Sokoto fue incendiada y, en los días siguientes, el obispo fue amenazado de muerte”.
“Para intentar comprender los hechos, es necesario situarlos en el contexto histórico, económico y político del país”, señala p. Armanino. La división creada y real entre el Norte y el Sur, la elección de la ley islámica (sharia) concedida a varios estados del Norte, y sobre todo la gran corrupción de los militares que, maniobrados por los políticos, se ponen a sueldo de quienes les pagan. La impunidad reina y las palabras de condena del último ‘fuego’ del presidente M. Buhari suenan previsibles y, en última instancia, huecas”.
“Del fuego de Pentecostés”, concluye, “a los fuegos de las armas, la distancia era mínima, apenas unos metros, pero entre ambos hay un abismo, que sólo la cruz de la resurrección puede ayudar a cruzar. El tiempo de los mártires africanos aún no ha terminado".
(MA/AP) (Agencia Fides 8/6/2022)


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