AMÉRICA/PERÚ - Aguchita es Beata: la heroica misionera, testigo hasta el martirio del Evangelio de la justicia y de la paz en la selva peruana

lunes, 9 mayo 2022 mártires   misioneros asesinados   beatificación   amazonia  

San Ramon (Agencia Fides) – “Ayer en San Ramón (Perú) fue beatificada María Agustina Rivas López, llamada Aguchita, religiosa de la Congregación de Nuestra Señora de la Caridad del Buen Pastor, asesinada por odio a la fe en 1990 – ha recordado el Papa Francisco después de la oración del Regina Coeli el dominga 8 de mayo -. Esta heroica misionera, incluso sabiendo que arriesgaba la vida, permaneció siempre cerca de los pobres, especialmente de las mujeres indígenas y campesinas, testimoniando el Evangelio de la justicia y de la paz. Que su ejemplo pueda suscitar en todos el deseo de servir a Cristo con fidelidad y valentía”.
La Iglesia peruana llevaba tiempo preparando, con diversas iniciativas, la beatificación (véase Fides 24/05/2021; 22/02/2022) que ha tenido lugar el sábado 7 de mayo en Florida, en el Vicariato Apostólico de San Ramón - mismo lugar donde fue asesinada la religiosa - y ha sido presidida por el Cardenal Baltazar Enrique Porras, Arzobispo de Mérida y Administrador Apostólico de Caracas, enviado del Papa Francisco, con la participación de miles de fieles.
“El martirio de la Hermana Agustina tiene varias caras que conviene tener en cuenta” ha puesto de manifiesto el Cardenal en su homilía. “En primer lugar, el sin sentido de la violencia, el crimen, la injusticia y lo nefasto de las ideologías para quienes la vida humana no cuenta. El uso indiscriminado de las armas solo deja muerte y desolación, no soluciona los problemas reales de la convivencia humana”. A la luz de la Palabra y la fuerza de la Eucaristía, el Cardenal ha invitado, como creyentes, a cultivar “las vocaciones a la vida sacerdotal, a la vida consagrada, a la presencia estable de líderes laicos que abran espacio a la multiplicidad de dones que el Espíritu Santo siembra en todos”.
Para sor Agustina “el martirio no fue una improvisación sino el holocausto final del amor a su vocación” ha subrayado, recordando que “su vida y su muerte nos recuerdan que para todo bautizado esta es una dimensión constitutiva de su existencia; que la entera vida cristiana mira al martirio como a un horizonte permanente, a esa dimensión oblativa, y sea de manera incruenta las más de las veces, o de manera cruenta”.
Recordando el pasaje del Evangelio, el Cardenal Porras ha puesto de relieve que “en la hermana Agustina se hizo presente el evangelio del Buen Pastor proclamado en esta eucaristía. Como buena pastora, Aguchita dio su vida por sus ovejas… Hoy celebramos el triunfo de la vida sobre la muerte y asumimos el reto pascual de ser discípulos misioneros apasionados por aprender y enseñar a vivir”.
Al final de la misa, el Obispo del Vicariato Apostólico de San Ramón, Monseñor Gerardo Zerdín, ha anunciado que la iglesia frente a la cual se celebró la misa de beatificación será en adelante el Santuario Vicarial de Santa Rosa de Lima y de la Beata Agusina Mártir.
Durante la Beatificación, el Arzobispo de Trujillo, Monseñor Miguel Cabrejos Vidarte, Presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), ha destacado que Perú es “tierra de santos” de la grandeza de Santa Rosa de Lima, San Martín de Porres, San Juan Macías, Santo Toribio de Mogrovejo y San Francisco Solano, y también “tierra de mártires”. En esta línea de “testimonio y fidelidad a Cristo y a su Iglesia” de los mártires de Chimbote (véase Fides 1/12/2015) se sitúa “el heroico sacrificio de la mártir María Agustina Rivas López”. “Quisieron ahogar sus vidas en el silencio de la muerte, pero Dios lo convirtió en un grito de justicia que resonó y resuena en la Iglesia universal; quisieron derramar su sangre para eliminar su presencia y su fe entre la gente sencilla de Florida”, ha dicho el Arzobispo.
El martirio de la religiosa es “un emblema de caridad y esperanza que fortalece nuestro compromiso” ha dicho para concluir Mons. Cabrejos Vidarte, exhortando, en este tiempo sinodal que vive la Iglesia, “a renovar la pasión por Jesús, la pasión por su Evangelio y la pasión por su pueblo, el Pueblo Santo de Dios”. “Hoy nos alegramos en el Señor por tener una beata valiente que dio su vida por Cristo y por los pobres por lo tanto, es el ejemplo de servicio y fidelidad para todos nosotros”.
(SL) (Agencia Fides 9/5/2022)


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