ÁFRICA/RD. CONGO - “Las guerras juegan cínicamente con el destino de pueblos enteros”: Una visión desde el sur del mundo de la guerra en Ucrania

jueves, 24 marzo 2022 guerras   iglesias locales  

Kinshasa (Agencia Fides) - Una visión desde el sur del mundo de la primera gran guerra en suelo europeo desde la Segunda Guerra Mundial (a excepción de las guerras en la antigua Yugoslavia). Así lo informa en una nota enviada a la Agencia Fides la Comisión de Justicia y Paz de la Archidiócesis de Bukavu, capital de Kivu del Sur, provincia del este de la República Democrática del Congo. Zona que desde hace décadas vive en la inestabilidad y la inseguridad debido a una guerra de "baja intensidad" librada por las fuerzas armadas regulares y una serie de grupos guerrilleros.
Basándose en lo que se vive y experimenta en esta parte de la RDC, la nota denuncia el negocio de la guerra y el ciclo de destrucción, ayuda humanitaria, reconstrucción, implementados por diferentes actores pero que probablemente responden siempre a los mismos interesados.
“En nombre de la seguridad, se venden armas a personas a las que se les pide que luchen. Se destruyen conscientemente pueblos y países enteros para crear quizás un mercado para la reconstrucción. Los mismos países que libran guerras generan al mismo tiempo organizaciones humanitarias para distribuir mantas, medicinas, alimentos a las víctimas del desastre. Están apostando cínicamente por su destino cuando todo podría haberse evitado sin luchar”.
En el caso de la RDC, recuerda Justicia y Paz, “son los minerales los que despiertan la codicia y el ver como necesario tenerlos a toda costa”. La verdad es la primera víctima de las guerras porque “los medios de comunicación se movilizan sacando tarjetas rojas a unos y otros y exonerando a otros. Algunas miserias tienen nombres y apellidos, pero otras son olvidadas y archivadas sin un juicio”.
Luego hay guerras y víctimas que atraen la atención de la comunidad internacional y otras que son completamente olvidadas e ignoradas. “Algunas víctimas merecen ayuda y atención, otras pueden morir por el color de su piel, su lengua o su religión. ¿Cómo podemos sorprendernos entonces del auge de los extremistas?”
“Pensábamos que el Covid-19 nos ayudaría a globalizar una visión común para una mejor convivencia, pero parece que el hombre no aprende nada de la historia y sigue jugando con fuego”, concluye Justicia y Paz.
(L.M.) (Agencia Fides 24/3/2022)


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