AMÉRICA/PANAMÁ - Los obispos: “la fe hace posible el perdón, la reconciliación y la esperanza”

lunes, 17 enero 2022 conferencias episcopales   situación social   coronavirus  

Ciudad de Panamá (Agencia Fides) – “Al comenzar este año 2022, sabemos de las situaciones de división, polarización, de intriga, desinformación que existen en los diversos ambientes. Sabemos que tenemos heridas profundas por todas las injusticias, por la corrupción, por el narcotráfico, por la desunión familiar y por muchas otras realidades. Ante estas situaciones, la fe hace posible el perdón, la reconciliación y la esperanza”. Esta es la exhortación de los obispos de Panamá al término de su primera asamblea plenaria del nuevo año, celebrada del 10 al 14 de enero, en la que han rezado, analizado y debatido la realidad de la Iglesia y de la sociedad panameña.
En cuanto a la vida de la Iglesia, en su comunicado recibido también en la Agencia Fides, los Obispos subrayan que la Iglesia en el mundo está viviendo el camino sinodal, con sus características, y la reciente experiencia, también sinodal, de la Primera Asamblea Eclesial Continental celebrada en noviembre. “La sinodalidad no es sólo religiosa, sino también social – ponen de manifiesto -, porque el proyecto de Dios es la fraternidad universal en comunión con Él. Por ello, este proceso sinodal no termina con un documento o un evento en el 2023, sino que es una estilo permanente de ser Iglesia donde cada bautizado, consciente de su compromiso cristiano, asume y cumple su rol en la construcción de un mundo más humano, solidario, fraterno y en paz”.
La Iglesia de Panamá también ha iniciado el proceso de preparación de la próxima Jornada Mundial de la Juventud, que se celebrará en Lisboa en 2023, y que se considera “un tiempo oportuno para que los jóvenes redescubran su rol, como protagonistas de las grandes transformaciones que requiere la Iglesia y la sociedad”, ayudados por la comunidad cristiana, por los adultos mayores y por el encuentro personal con Cristo.
La mayor parte del comunicado está dedicada a la realidad social. “Conocemos los problemas y debilidades que tenemos para hacer de Panamá el país que nos merecemos, donde la equidad, la justicia y el desarrollo lleguen a todos, sin distinción” afirman los obispos, instando también a “hacer evidente las grandes fortalezas con las que contamos para hacer posible un proyecto país” y a “hablar menos y actuar más”. Las instituciones deben recuperar la confianza de la población poniendo en el centro a la persona y el bien común. Esto implica a todos: gobierno, partidos políticos, ONG, iglesias, empresas, medios de comunicación, ciudadanos en general. Para gestionar el “proyecto de país” a través de un proceso de renovación de Panamá, “es necesario romper con la lógica dominante, los análisis sectorizados, para encontrar las soluciones adecuadas e inclusivas. Permitir y estimular la apertura de diferentes visiones, apoyar los aportes de los “otros”, será fundamental para una nueva mentalidad cultural, económica, política y social en miras a construir un Nuevo Panamá”.
En los últimos años, señalan como ha aumentado “a unos niveles muy preocupantes” la inseguridad de los ciudadanos, además el el narcotráfico ha penetrado en diversos sectores de la sociedad, trayendo muerte y destrucción a las familias panameñas. “Contrarrestar el narcotráfico y la violencia requiere el esfuerzo de todos” exhortan los obispos, invitando a eliminar las causas, como “el empobrecimiento de grandes sectores del pueblo panameño, especialmente la juventud, a quienes se les ha robado la esperanza, la oportunidad de educarse, de entretenerse sanamente, de trabajar dignamente”, situación que los hace vulnerables y en ocasiones los hacen ceder frente a estos males sociales.
A continuación, los obispos panameños expresan su satisfacción por la aprobación de la Ley 567, que establece garantías para la protección de los niños, niñas y adolescentes, que permitirá a la sociedad de avanzar en este campo, reconociendo además el derecho de los padres a ser los primeros custodios de sus hijos.
Apelando a la caridad cristiana, invitan a ser donantes de órganos, tejidos y sangre, para salvar la vida de muchos panameños que “padecen de enfermedades que amenazan sus vidas y que un trasplante es lo único que puede salvarlas. Y nosotros podemos hacer la diferencia”.
Por último, hacen un llamamiento a no perder la esperanza ante el aumento de la propagación de Covid-19 con la nueva cepa ómicron: “No podemos desesperarnos. Nuestra mayor y efectiva protección es vacunarnos, no para evitar el contagio, sino para que sus efectos no sean mortales… Continuemos estrictamente con las normas de bioseguridad, para controlar la pandemia. Si sumamos nuestros esfuerzos individuales, familiares y comunitarios, podemos detener el contagio”.
(SL) (Agencia Fides 17/1/2022)


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