ÁFRICA/NÍGER - Terrorismo y violencia en el Sahel: “Más de 30 millones de personas necesitarán ayuda y protección”

sábado, 15 enero 2022 violencia   terrorismo   seguridad alimentaria  

Niamey (Agencia Fides) – “Tres estudiantes de secundaria, habían ido a pasar unos días de vacaciones con sus familias en el pueblo de Ngoula. Pero su regreso a la escuela, el pasado lunes, fue fatal. Uno de los cuatro amigos logró escapar y los otros tres están desde entonces en manos de desconocidos, presuntos yihadistas que controlan la región. Antes de llegar al pueblo de Djayeli, situado a unos 20 kilómetros de Ngoula, fueron secuestrados y de momento no hay noticias de su paradero”. Con estas palabras el padre Mauro Armanino, sacerdote de la Sociedad para las Misiones Africanas (SMA), cuenta a la Agencia Fides el clima de violencia social que se respira en Níger, cada vez más amenazado por el terrorismo islámico y dibuja el panorama de “un Sahel inseguro y bajo ataque”.
“La zona -continúa- es la misma en la que, en septiembre de 2018, fue secuestrado el padre Pierluigi Maccalli, también misionero de la SMA. Estos chicos -señala el P. Mauro- quizá sean liberados dentro de un tiempo o se les ofrezca unirse a las fuerzas de combate en la zona de las ‘Tres Fronteras’, entre Níger, Burkina Faso y Malí. Podrían desaparecer para siempre”, subraya, “al igual que otras decenas de secuestrados en torno al lago Chad, donde Boko Haram, el Estado Islámico y el bandolerismo comparten las mismas estrategias terroristas”.
Níger, según la ONU, es uno de los países del continente africano con menor índice de desarrollo humano, es profundamente inestable y está desgarrado por los atentados terroristas en muchas de sus zonas, especialmente en sus fronteras. De hecho, las incursiones terroristas en las fronteras con Malí, Burkina Faso y Nigeria han provocado una oleada de refugiados sin precedentes. A finales de diciembre de 2021, ACNUR, la agencia de la ONU para los refugiados, contabilizaba unos 600.000 refugiados, de los cuales el 51% eran nigerianos desplazados que habían huido de sus hogares al interior del país. El resto son personas de los estados vecinos, principalmente malienses y burkineses en la zona de Tillabery, nigerianos en la ciudad de Maradi y en Diffa.
“Uno de los vehículos de la gendarmería de Torodi -cuenta el misionero a Fides-, ciudad situada a unos 50 kilómetros de la capital, fue destruido la semana pasada por una carga explosiva colocada en la carretera que lleva a la frontera con Burkina Faso. Se ha informado de la muerte de cuatro soldados y de algunos heridos. Este fue el segundo ataque terrorista de este tipo. El anterior tuvo lugar a finales de noviembre y dejó tres muertos y dos heridos entre los miembros de la Guardia Nacional de Níger”. “En la ciudad de Makalondi -continua-, justo antes de Navidad y en la misma zona fronteriza, hubo un doble atentado. Cientos de hombres armados atacaron la aduana y la comisaría causando al menos seis muertos. Como resultado, cientos de familias se vieron obligadas a abandonar sus hogares, campos y cultivos”. “Según lo anunciado por la OCHA, la Oficina de Coordinación de Intervenciones Humanitarias de la ONU, más de 30 millones de personas en los países del Sahel necesitarán ayuda y protección”, señala el padre Armanino. Los conflictos, la violencia, los desplazamientos forzados y las crisis socioeconómicas han provocado un rápido crecimiento de las necesidades alimentarias. “Hoy –concluye - la presión demográfica, la inseguridad alimentaria y el cambio climático obligan a millones de personas a luchar por la supervivencia”.
(ES) (Agencia Fides 15/1/2021)


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