ÁFRICA/RD CONO - “La gente quiere conocer la verdad, no para vengarse o cultivar el odio, sino para honrar mejor a sus muertos”, dice el arzobispo de Bukavu.

martes, 13 octubre 2020 mártires   justicia   violencia  

Bukavu (Agencia Fides) - Han pasado 10 años desde aquel Informe de Mapeo, recuerda al arzobispo de Bukavu Monseñor François-Xavier Maroy Rusengo, pero también “20 años desde la muerte de Mons. Emmanuel Kataliko en circunstancias aún no aclaradas y sobre todo 24 años después del asesinato del arzobispo Christophe Munzihirwa (véase Fides 18/11/2006). La gente quiere saber la verdad, no para buscar venganza o cultivar el odio, sino para honrar mejor a sus muertos. Alentamos todas las actividades de derechos humanos que examinen objetivamente los hechos en esta parte de la República Democrática del Congo desde el pasado hasta el presente. Conmemorar a nuestros muertos, pedir justicia y reparación es la mejor manera de promover la reconciliación sincera para que estos asesinatos, tanto masivos como individuales, nunca vuelvan a ocurrir”.
Lamentablemente, la violencia no parece tener fin y, según una investigación de la ONG canadiense Impact, se debe sobre todo a la presencia de 2.700 minas de oro. Minas de las que al parecer se llegan a extraer entre 15 y 20 toneladas por año, y de las que aproximadamente un tercio de ellas pasan por Bukavu hacia Rwanda. En 2018, Ruanda declaró que había producido 2.000 kg de oro, mientras que solo los Emiratos Árabes Unidos declaró que había recibido 12.000 kg de oro de Ruanda.
Un segundo elemento de conexión con Ruanda son las denominadas poblaciones Banyamulenge que residen en Kivu del Sur de origen ruanés desde hace años a las que el gobierno congoleño quiere permitir que administren los territorios en los que viven. Este es el caso de Minembwe, una zona de Kivu del Sur que se ha convertido en municipio. Esta elección hecha en Kinshasa se ha vivido a nivel localmente como una imposición y sobre todo una expropiación de la tierra.
El obispo de Uvira Sébastien-Joseph Muyengo ha expresado su pesar por la decisión de establecer el municipio de Minembwe. “Lamentamos que este acto, lejos de propiciar una paz real en el altiplano, por el contrario, despierte mucha animosidad en toda la diócesis, en la región y también en el país, principalmente por el trato especial reservado a Minembwe en comparación con los demás. […]. Ayer fue la cuestión de la nacionalidad, hoy es la tierra. Pero si podemos atribuir la nacionalidad a quienes la quieren y merecen, la tierra no se puede distribuir bajo ninguna condición. Para la gente no es una comuna rural sino tierras o territorios ocupados. Tememos que el caso Minembwe favorezca lo que se llama la balcanización del Congo”.
El presidente de la República, Felix Tshisekedi, durante una rueda de prensa celebrada el jueves 8 de octubre en Goma (Kivu del Norte), declaró la intención de “cancelar lo hecho hasta ahora por Minembwe”.
Para Jason Stearn, investigador y fundador del Congo Research Group en la Universidad de Nueva York, habría sido necesario iniciar el diálogo entre las comunidades antes de crear el nuevo municipio.
“Hay una historia legal pero también una historia cultural y política más amplia detrás de la cuestión de Minembwe. Creo que había mucha vergüenza política. Vale la pena hablar de la convivencia en Kivu del Sur, vale la pena hablar de los derechos de la comunidad Banyamulenge a tener acceso a la administración. Pero no podemos hacerlo imponiéndolo desde Kinshasa. Estaba claro que la creación del municipio de Minembwe generaría una polémica muy amplia”.
(F.F.) (Agencia Fides 13/10/2020)


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