EUROPA/ITALIA - “La pandemia que estamos atravesando no es un flagelo divino”, explican los Ministros de los Enfermos que celebran a su fundador

martes, 14 julio 2020 pandemia   coronavirus   solidaridad   sanidad   órdenes religiosas  

MI

Roma (Agencia Fides) - “En una situación que nos hace conscientes de que todos estamos potencialmente enfermos. Para nosotros, animados y apasionados por el carisma de Camillo de Lellis, el anuncio de la esperanza cristiana se vuelve aún más urgente y quizás aún más interesante para nuestros hermanos y hermanas en la Humanidad”. Este es el mensaje compartido entre los miembros de la Familia Carismática y recogido por Fides de la oficina de prensa de los Ministros de los Enfermos que hoy, 14 de julio, celebran la fiesta de su Fundador.

“La difícil experiencia de tener que afrontar una pandemia como la provocada por el coronavirus ha sido un terremoto ensordecedor. La pandemia cambió todo en un instante. Si antes vivíamos 'mucho espacio' en 'poco tiempo', de repente nos encontramos viviendo en 'poco espacio' con 'mucho tiempo' disponible”, explican los Camilianos.

“Hemos comenzado a sentir, incluso en nuestras comunidades religiosas o familiares y profesionales, que en una habitación, -incluso en una pequeña-, puedes sentirte aislado o solo, dependiendo de si la soledad en la que vives es capaz de proporcionar contenidos humanos y espirituales que permitan que nuestro corazón esté abierto, no perder la esperanza. Estamos aprendiendo que la soledad y el aislamiento no son lo mismo: uno puede sentirse solo incluso en medio de una gran multitud. Hemos aprendido a 'permanecer separados', pero la solidaridad, la fraternidad y la comunión entre nosotros, entre comunidades religiosas, entre institutos religiosos, a nivel eclesial y / o civil, han sido aún más intensos, espontáneos y genuinos. Mascarillas, guantes, oxímetros y medidores de temperatura han dejado de ser simples y necesarios equipos de protección personal para convertirse en objetos cotidianos o para regalar entre comunidades y provincias religiosas. Son un símbolo de preocupación y apoyo mutuos en la batalla diaria por el cuidado de las personas más frágiles”.

En la nota recibida por Fides, emerge toda la actualidad del cuarto voto de Camilliano que llama a la consagración al servicio de los enfermos, incluso con bajo riesgo mortal. “Lo hemos visto heroicamente vivido por muchos religiosos, pero también por muchos profesionales laicos del mundo de la salud, que lo han aceptado y reinterpretado dentro de la ética de su profesión de salud”.

“Hemos vivido el hecho de que, en algunos entornos de atención médica o en situaciones de asistencia no pudimos, por razones de precaución, alcanzar físicamente a los enfermos. Sin embargo, vimos con asombro que los cohermanos y hermanas, consagrados, consagradas, voluntarios, trabajadores de la salud y los laicos se han reinventado para estos enfermos. Se han convertido en 'miembros de la familia', en afectos, en 'amigos', en 'sacerdotes' en el consuelo de la fe, 'compañeros' en miedo y esperanza, sacrificando sus afectos personales durante semanas, en amistades, en familias y en comunidades, hasta el agotamiento de sus energías físicas y en varios casos hasta el contagio y la muerte. Esta es exactamente la experiencia de Camillo de Lellis, cuando lanzó a sus primeros compañeros a las trincheras del hospital, a las casas o en situación de grandes epidemias; en obras y palabras, maestro de la resistencia en el miedo y el sacrificio, consciente de que esta actitud genera presencia, abrazando el riesgo, para crear una proximidad auténtica”.

“La pandemia que estamos atravesando no es un flagelo divino”, -concluyen los Ministros de los Enfermos-, “es una señal que ha de ser interpretada con humildad y llevar con paciencia y compasión. El sufrimiento nunca nos deja indiferentes, sino que nos hace mejores o peores. La muerte de algunos, el sufrimiento de muchos y el miedo de todos son una señal que nos llama a una conciencia humilde y serena porque, ¡todos somos humanos! La oración es un ancla segura y, en este momento histórico, como Camilianos, estamos llamados a anunciar el Evangelio de la vida, la compasión y el cuidado, que implica la capacidad de evangelizar y humanizar el sufrimiento y la muerte”.
(AP) (14/7/2020 Agencia Fides)


Compartir: