VATICANO - El Fondo OMP para la emergencia de Covid envía ayudas a las diócesis de Benin, Madagascar, Senegal

viernes, 3 julio 2020 coronavirus   obras misionales pontificias   animación misionera   evangelización   pobreza  

ABC news

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - Benin registró los primeros casos de Covid 19 en marzo y, como en otras partes del mundo, la pandemia ha causado profundos cambios a nivel social, económico y de salud, con consecuencias psicológicas, creando una atmósfera de angustia y miedo. El gobierno ha tomado las medidas necesarias para contener la pandemia, incluido el aislamiento y el cierre de lugares de culto y escuelas, prohibiendo todas las actividades y reuniones. La Iglesia desde el primer momento a estado cerca de los sufrimientos de los hombres y a tratado de responder a sus necesidades. Sin embargo, la prolongación de la situación crítica ha agotado los recursos económicos de las diócesis y las parroquias, que han tenido que solicitar ayuda del Fondo de Emergencia establecido por el Papa Francisco en las Obras Misionales Pontificias (OMP) para apoyar a las Iglesias de los países en tierras de misión que se enfrentan a la emergencia de Covid-19 (véase Fides 6/4/2020). Por lo tanto, la ayuda enviada a las diócesis les permitirá continuar su trabajo de asistencia y evangelización.
La Diócesis de Abomey ha solicitado ayuda para las actividades de prevención y asistencia de niños vulnerables seguidos en centros diocesanos, y de niños y adultos afectados por los efectos del Covid en los diversos sectores pastorales. La diócesis de Dassa Zoumé debe proveer el sustento de los sacerdotes y trabajadores pastorales, algo de lo que se encargaban las parroquias, pero con el cierre de las iglesias ya no es posible recoger las ofrendas entre los fieles. Además, muchas personas se han quedado sin trabajo y Caritas se ha encargado de sustentar a algunos ancianos confinados en sus casas.
En la diócesis de Djougou, la prioridad son las escuelas católicas, ya que los padres de los estudiantes no pueden pagar las tasas escolares, y tampoco pueden satisfacer ni siquiera las necesidades básicas de las familias. La diócesis de Lokossa es una diócesis rural, que ya carecía de la infraestructura básica incluso antes de la pandemia, ahora la situación como se puede imaginar es más grave. Entre las emergencias, los maestros y el personal escolar de las escuelas católicas no han recibido su salario desde hace meses, ya que las arcas de la diócesis están vacías.
La población de Natitingou recibió el primer anuncio del Evangelio en 1941. Ferviente en la fe, compuesta por granjeros, ganaderos y pequeños artesanos, vive en condiciones precarias. Los sacerdotes y los institutos religiosos que colaboran en la evangelización ahora se han visto privados de su sustento.
En la diócesis de N'Dali, la Iglesia local proporciona ayuda alimentaria, a través de la distribución de maíz, arroz, sorgo y ayuda financiera para orfanatos, ancianos, niños pobres y vulnerables.
En la diócesis de Parakou se necesita con urgencia ayudar a los seminarios y escuelas católicas, mientras que en Porto Novo las estructuras parroquiales, como los sacerdotes y las comunidades religiosas, se encuentran en una situación difícil.
También en Madagascar, en la diócesis de Ambanja, se han destinado las ayudas del Fondo OMP a apoyar el sistema escolar. El ambiente es rural y los jóvenes abandonan la escuela temprano ya que las familias carecen de los medios financieros necesarios, por lo que caen en las drogas y la delincuencia, muchas niñas quedan embarazadas a una edad muy temprana. La diócesis ha respondido como ha podido a esta situación construyendo varias escuelas a lo largo de los años, desde jardines infantiles hasta escuelas secundarias, para garantizar una educación a la mayor cantidad de niños posible, pero después de la pandemia, la situación de este año escolar es catastrófica: muchos han abandonado la escuela y hace falta sostener a alumnos y docentes desempleados.
La Arquidiócesis de Dakar, en Senegal, tiene una población esencialmente pobre, de bajo nivel social, compuesta por agricultores, pescadores y trabajadores. En casi todas las parroquias hay estructuras educativas y sanitarias que ofrecen un servicio fundamental a la comunidad. Las consecuencias de la pandemia se han sumado a las adversidades del clima de años anteriores, haciendo que la situación sea cada vez más difícil. Por lo tanto, existe la necesidad de apoyar las actividades de evangelización, los equipos de sacerdotes y catequistas que continúan su misión en este contexto, así como los dos centros de acogida para niños y las actividades de reflexión espiritual y social para niños sobre el período posterior al Covid.
(SL) (Agencia Fides 3/7/2020)


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