ASIA/TURQUÍA - Patriarca armenio de Constantinopla: abramos Santa Sofía al culto para musulmanes y cristianos

martes, 16 junio 2020 oriente medio   iglesias orientales   diálogo   sectarismo   geopolítica  

Estambul (Agencia Fides) – En Estambul, la antigua basílica cristiana de Haghia Sophia debería reabrirse para el culto musulmán y cristiano, en lugar de seguir como ahora visitada por los turistas como un simple monumento después de haber sido transformada en una mezquita durante 500 años. Así lo sugiere Sahak II Maşalyan, Patriarca armenio de Constantinopla, interviniendo sobre la cuestión del destino futuro del complejo monumental de Ayasofya, que se ha vuelto un tema sensible después de que las autoridades turcas hayan manifestado en varias ocasiones la intención de devolver el monumento a su función del lugar de culto islámico (véase Fides 6/6/2020)
El Patriarca Sahak II, jefe de la comunidad cristiana más numerosa de la actual Turquía, ha publicado sus argumentaciones en una serie de mensajes lanzados a través de su cuenta personal de twitter. “Santa Sofia” ha señalado en twitter el Patriarca, “fue fundada gracias a la obra de 10 mil trabajadores, gastando una fortuna. Muchas de las restauraciones durante sus 1500 años, y los esfuerzos de la Fundación Fatih Sultan se han realizado para preservar este templo como lugar de culto, non como museo. Creo que los creyentes arrodillados, que se inclinan con respeto y devoción, son más indicados a la naturaleza del lugar que no los turistas que corren de aquí para allá sacando fotos”. Según estas consideraciones, el Patriarca espera que el antiguo templo sea vuelto a abrir al culto tanto musulmán como cristiano, convirtiéndose en tal modo, en un signo tangible de una posible “alianza” entre islam y cristianismo. El lugar – señala Sahak II – “es lo suficientemente grande”, y se puede hacer de tal modo que “una zona sea reservada para los cristianos”, para que “el mundo pueda aplaudir nuestra paz religiosa y nuestra madurez”. El Patriarca responde con una serie de interrogantes retóricos a las posibles objeciones de quienes consideran utópico hacer que Ayasofya sea un símbolo de paz y de concordia: “¿No estamos todos adorando bajo la misma cúpula del cielo? Entonces también podemos compartir la cúpula de Santa Sofía. ¿No creemos todos en el mismo Dios, aunque nuestras creencias sean diferentes? No creo que el lugar de oración que ha absorbido 1000 años de oraciones cristianas y 500 años de oraciones musulmanas dentro de sus muros y que las ha sintetizado en su misteriosa existencia, tenga quejas sobre esta práctica. Entrad, respirad el silencio y aprended de él. Hagia Sophia, el lugar de la ‘Santa Sabiduría’, os informará que no hay nada más precioso que la paz en la historia de la humanidad”.
El patriarca, ofreciendo implícitamente un espacio a las ambiciones "neo-otomanas" de la actual leadership turca, también subraya que en el mundo actual "no podemos permitirnos el lujo de un nuevo conflicto entre la cruz y la media luna. Y el honor de manifestar tal paz al mundo es digno de la República de Turquía".
Las declaraciones del Patriarca armenio Sahak II sobre el futuro de Ayasofya probablemente estén destinadas a reavivar la controversia sobre un tema que en las últimas semanas también ha vuelto a alimentar tensiones y conflictos de naturaleza geopolítica. (véase Fides 10/6/2020). A principios de junio, los medios de comunicación turcos han informado de algunos rumores según los cuales el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha dado instrucciones para comenzar el proceso legal destinado a cambiar el estado del complejo monumental Ayasofya, para celebrar nuevamente los rituales religiosos islámicos en ese lugar sin cerrarlo al flujo de visitas turísticas.
El Consejo de Estado turco, en una sesión incluida en la agenda del jueves 2 de julio, considerará abrir nuevamente el complejo monumental de Ayasofya al culto islámico, revirtiendo la decisión con la que en 1934 el gobierno turco había convertido en un simple museo la antigua basílica bizantina transformada en una mezquita después de la conquista otomana de Constantinopla (1453). La decisión del Consejo de Estado representará una respuesta institucional de fuerte impacto, ya que permitirá evaluar la posibilidad de conseguir que funcione la presión ejercida por algunos sectores de la leadership política turca. (GV) (Agencia Fides 16/6/2020).


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