ÁFRICA/COSTA DE MARFIL - Después de la epidemia, debemos pensar en la "re-evangelización"

viernes, 22 mayo 2020 coronavirus   sociedad civil   evangelización  

MP

Abidjan (Agencia Fides) – “Las Naciones Unidas han lanzado el llamamiento: 'Estamos al borde de una hambruna mundial de proporciones bíblicas, con más de 250 millones de personas en riesgo'. El continente africano ha sido preservado de los efectos catastróficos del Covid -19: los contagios y muertes son menores en números absolutos y en proporción a las registradas por otros continentes, pero los otros efectos, económicos y sociales, ya están demostrando ser más mortales que el virus: la gente tiene hambre, falta comida y no hay dinero para las necesidades diarias": así lo explica el p. Marco Prada, sacerdote de la Sociedad de Misiones Africanas en Costa de Marfil, hablando con la Agencia Fides, y señalando su conversación con dos habitantes locales. “El primero, Jean Bosco Yao, vive en un barrio popular de Abidjan, Koumassi, - escribe a Fides el p. Prada - y el segundo, Alphonse Soro, en la ciudad más grande del norte, Korhogo, que acogió a más de cien mil personas desplazadas de la guerra civil que devastó al país en la primera década del siglo.
"La situación en Abidjan es catastrófica: pérdida de empleos, personas desempleadas sin ninguna medida de apoyo, los precios se han disparado en la ciudad, el poder adquisitivo de la población ha disminuido en un 80% y la situación es dramática para quienes viven de la economía informal, es decir, de un dinero recibido por la jornada de trabajo: estas personas y sus familias ya no tienen dinero y no saben qué hacer para comprar alimentos", informa el misionero.
"Más de la mitad de la población consume no más de una comida al día", comenta también Alphonse Soro, que trabaja en un Centro de formación y asistencia para discapacitados, administrado por las Hermanas Hijas de la Cruz, en Korhogo. "El sector privado ha sido el más afectado por el cierre de las actividades y del despido de un número significativo de trabajadores. Peor aún ha sido para quienes trabajan en el sector informal. Las Hermanas que administran nuestro Centro tienen una fila interminable de personas en la puerta todos los días, llamando para recibir algo de comer ".
“Entre los vecinos de mi barrio - explica Jean Bosco Yao -, tratamos de ayudarnos mutuamente. Cuando se encuentra algo de comida para comprar a un precio favorable, lo compartimos. Algunos incluso ofrecieron pagar las facturas de agua y electricidad de otros: el gobierno las ha congelado durante tres meses, pero la gente pobre teme encontrarse más tarde con una deuda imposible de pagar". En Korhogo tampoco han faltado los gestos de solidaridad: las parroquias católicas y los institutos religiosos distribuyen alimentos, medicinas, ropa, las puertas siempre están abiertas para escuchar, consolar y alentar a las personas cada vez más desesperadas, los grandes comerciantes de la ciudad han donado comida para los más pobres.
Pero, como señala Alphonse, "todo esto es solo una gota en el océano de las necesidades de nuestra gente". “Aquí, en el distrito de Koumassi - dice Jean Bosco en referencia a la vida religiosa en tiempos de encierro -, muchos siguen la misa por radio, retransmitida por la mañana a las 6.20 y por la tarde a las 19 por Radio Espoir. El domingo las misas eran tres, todas en la radio, una de ellas en inglés. Los protestantes y los musulmanes también usan mucho la radio para llegar a sus fieles".
Además de todo esto, nos señala una iniciativa original de los párrocos de su área de origen, la Prefectura de Tankessé-Koun Fao:
Se instalaron altavoces en los pueblos y ciudades, conectados por radio con la parroquia, para emitir regularmente el rosario, misas, enseñanzas bíblicas e incluso información de salud sobre la epidemia en curso. Esto ha sido muy apreciado por la gente.
Alphonse Soro observa: “Ha sido muy doloroso permanecer sin misa u oración, cada uno rezando solo en casa. Por supuesto, la fe permanece en los corazones de la mayoría de los fieles, pero algunos han dicho que han perdido la fe en Dios, por lo tanto, después de esta epidemia, tendremos que pensar en la re-evangelización".
(MP/AP) (Agencia Fides 22/5/2020)


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