VATICANO - El deseo misionero de San Juan Pablo II, “Pastor cercano a su pueblo”

lunes, 18 mayo 2020 papa   animación misionera   evangelización  

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - Mientras se celebraba en todo el mundo la Jornada Mundial de las Misiones, el domingo 22 de octubre de 1978, el nuevo Papa, Juan Pablo II, comenzaba su ministerio como Pastor universal en la Plaza de San Pedro con una vigorosa exhortación que sería el emblema de su pontificado: “¡Abrid, más todavía, abrid de par en par las puertas a Cristo!”. El arzobispo de Cracovia, el Card. Karol Wojtyla (1920-2005), había sido elegido el 16 de octubre sucesor de Pedro.
La circunstancia del comienzo del ministerio petrino fue destacada por el propio Papa en su primer Mensaje para la Jornada mundial de las misiones, el 14 de junio de 1979, en la que recordaba la “feliz coincidencia”: “No pude menos de tener presente entre las intenciones principales que bullían en mi ánimo en aquella solemne circunstancia, la referente al problema siempre actual y urgente de la extensión del Reino de Dios en los pueblos no-cristianos”.
Beatificado por Benedicto XVI el 1 de mayo de 2011 y canonizado por el Papa Francisco el 27 de abril de 2014, San Juan Pablo II ha sido definido como "el Papa itinerante, el Papa misionero, el Papa evangelizador". El Papa Francisco, celebrando la Santa Misa en la Basílica del Vaticano esta mañana en el altar que custodia sus restos mortales, en el centenario del nacimiento de Karol Wojtyla, ha subrayado su deseo misionero, definiéndolo como un "hombre cercano". “Fue un hombre de cercanía, no estaba separado del pueblo – ha dicho el Papa Francisco -, iba a su encuentro y por eso dio tantas vueltas al mundo entero, buscando a su pueblo, haciéndose cercano y esta cercanía es uno de los signos de Dios con su pueblo… Una cercanía de Dios con el pueblo que luego se hace fuerte en Jesús. Un pastor está cerca del pueblo, al contrario, no es un pastor, es un jerarca, es un administrador, tal vez bueno, pero no es un pastor. Cercanía al pueblo. Y san Juan Pablo II nos dio el ejemplo de esta cercanía: cerca de los grandes y a los pequeños, a los que estaban cerca y lejos. Era cercano y se hacía cercano”.
Sus intensos 26 años de pontificado, entre los siglos XX y XXI, se caracterizaron por una fuerte connotación misionera expresada de mil maneras, comenzando con los mensajes para la anual Jornada Mundial de las Misiones, que tenían como hilo conductor la invitación a la responsabilidad compartida de todos los miembros de la Iglesia para con la obra de evangelización del mundo, haciendo hincapié en el papel central de las Obras Misionales Pontificias para la animación y cooperación misionera.
Su rico Magisterio ha marcado inequívocamente la historia de la misión, abriendo nuevos caminos, indicando nuevos objetivos. Su legado principal es la encíclica "Redemptoris Missio" (1990), sobre la validez perenne del mandato misionero, definida como la carta magna de la misión del tercer milenio. En 1995, Juan Pablo II dedicó un ciclo de 9 catequesis durante la audiencia general del miércoles, a los elementos fundamentales y esenciales de la misión de la Iglesia, a los pilares en los que se basa, así como a los nuevos desafíos de la misión y a las cuestiones relacionadas con el creciente compromiso con el ecumenismo. Todos sus documentos, desde las exhortaciones apostólicas hasta las reuniones con los obispos para la visita ad limina, pasando por sus homilías, están entretejidos a partir de la invitación a proclamar al Señor resucitado, a no echarse atrás en el anuncio, a no dejarse vencer por el desánimo y el pesimismo. Por primera vez en la historia de la Iglesia, convocó asambleas especiales del Sínodo de los Obispos dedicadas a analizar y estudiar la situación de la evangelización en los diferentes continentes, reuniendo en Roma a los episcopados de África, Asia, América, Oceanía y Europa.
Destacan en su ministerio los 104 viajes internacionales, a imitación del Apóstol Pablo, con quien llegó a las comunidades misioneras diseminadas por todo el mundo, incluso a las más pequeñas desde el punto de vista geográfico y numérico, siempre preocupándose por encontrar no solo a los soberanos y jefes de estado, sino sobre todo, a los pobres, los enfermos, los ancianos, los prisioneros, los discapacitados y los que generalmente se encuentran al margen de la sociedad, como "un pastor cercano a la gente, cercano de los grandes y los pequeños", como ha dicho el Papa Francisco. (SL) (Agencia Fides 18/5/2020)


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