ÁFRICA/SUDÁN DEL SUR - Una misionera: "Que la pandemia no detenga el proceso de paz"

jueves, 14 mayo 2020 paz   coronavirus   órdenes religiosas   institutos misioneros  

Juba (Agencia Fides) - Sudán del Sur respondió de inmediato y con seriedad a la amenaza del coronavirus adoptando medidas de contención, pero la pandemia no debe retrasar el camino de la construcción de la paz en la nación: así lo espera la hermana Elena Balatti, una misionera comboniana en Juba. Las medidas tomadas por el ejecutivo contra el Covid-19 parecen, por el momento, haber valido la pena. Los enfermos son poco más de 200 de los doce millones de habitantes. Pocos en comparación con muchos países africanos, nada en comparación con América, Asia y Europa. “El gobierno de Juba – explica la hermana Elena Balatti a Fides -, ha demostrado estar listo. Tan pronto como se registraron los primeros casos en los estados vecinos, los vuelos internacionales fueron cancelados de inmediato. Los regionales se han cancelado parcialmente y los que aún no se han suprimido deben recibir una autorización especial del gobierno. El tráfico fronterizo ha sido limitado. Por el momento parece que las medidas están funcionando, esperamos que protejan a Sudán del Sur de la epidemia”.
El país, nacido en 2011 de la separación de Sudán y se ha visto desestabilizado durante seis años por una guerra civil, lo que se traduce en estructuras médicas muy frágiles. “Desafortunadamente - continúa la hermana Elena -, el sistema de salud de Sudán del Sur es muy deficiente. Solo hay un laboratorio en la nación capaz de realizar el análisis de los tampones, muy pocas unidades de cuidados intensivos y solo cuatro ventiladores. Las organizaciones internacionales están tomando medidas para crear lugares de cuidados intensivos en algunos centros estratégicos para el país. Lo cierto es que, si la epidemia se expandiera, las instituciones tendrían grandes dificultades. Y es precisamente por esta razón que las autoridades han reaccionado rápidamente”.
El gobierno ha prohibido todas las formas de agregación y ha limitado las actividades comerciales. En los centros principales solo están abiertas las tiendas de enes de primera necesidad. Se han impuesto horarios reducidos en las oficinas. “Se prohibieron las reuniones políticas y, por desgracia, las ceremonias religiosas - continúa la hermana Elena -. Entre los cristianos, la imposibilidad de celebrar el triduo pascual en la iglesia despertó gran preocupación. Sin embargo, los líderes religiosos hicieron un gran trabajo al explicar a los fieles las razones de la necesidad de quedarse en casa y no transmitir el virus".
El 23 de febrero, con la entrada en el poder ejecutivo del líder rebelde Riek Machar, comenzó un delicado proceso de paz. La formación de un gobierno de unidad nacional fue el primer paso hacia nuevas elecciones y una mayor estabilidad política. "La epidemia de Covid-19 - concluye la hermana Elena -, no ha detenido este proceso, sino que lo ha ralentizado. El nombramiento de funcionarios del gobierno local ha sido pospuesto. Ciertamente, los líderes políticos están preocupados por el posible contagio. Sin embargo, también existe una falta de acuerdo sobre la distribución de los ingresos de los recursos naturales (petróleo, oro, agua, etc.), de los cuales Sudán del Sur es muy rico. La esperanza de todos es que, una vez que termine la emergencia, comenzará nuevamente la construcción de una paz que garantice la prosperidad de una nación atormentada por demasiada violencia pasada". (EC) (Agencia Fides 14/05/2020)


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