ASIA/KAZAJSTÁN - La política hacia las religiones no cambia: el nuevo gobierno promueve la convivencia

viernes, 24 abril 2020 libertad religiosa   minorías religiosas   derechos humanos   diálogo   islam   política  

Astana (Agencia Fides) - Aproximadamente un año después de la renuncia de Nursultan Nazarbayev, el gobernante kazajo que dirigió a la nación desde la disolución de la Unión Soviética hasta marzo de 2019, haciendo de la libertad de culto uno de los buques insignia de su política, en Kazajstán parece que no ha habido cambios en el frente de la política hacia las religiones. Así lo explica a la Agencia fides Davide Cancarini, investigador independiente en la zona de Asia central: “Las relaciones religiosas dentro del país - señala - son buenas. El nuevo presidente Kassym-Jomart Tokayev presta mucha atención para no mostrar partidismo, reuniendose con representantes de las diversas religiones o dando discursos en los que apoya la libertad de culto y la promoción de la convivencia pacífica entre las diversas religiones".
La libertad de culto garantizada por Nazarbayev y perpetuada por su sucesor encuentra su razón de ser en la cuidadosa política de control de las religiones promovida en Kazajstán, un país con una gran mayoría islámica, destinada a reprimir el posible nacimiento u operación de grupos radicales islámicos violentos. Con este fin, durante el año, el gobierno establece momentos de encuentro entre los diversos líderes religiosos, favoreciendo así un diálogo ecuménico e interreligioso bastante formal.
En este contexto, según Cancarini, un tema espinoso hoy podría estar representado por el trato reservado a los Uigures - población musulmana de Xinjigang -, por parte de China: "La represión también ha afectado a los ciudadanos del grupo étnico kazajo en los últimos meses, provocando protestas en el país de Asia central. El tema podría convertirse en una cuestión de difícil gestión en ámbito político-diplomático”.
El primer año en el poder de Tokayev no ha sido fácil: “La renuncia de Nazarbayev creó grandes expectativas de apertura en grandes sectores de la población y las elecciones de junio de 2019, que legitimaron oficialmente al nuevo presidente, se celebraron en una atmósfera de protestas generalizadas". Para tratar de responder a las esperanzas que la renuncia de Nazarbayev hicieron surgir en la población - agrega Cancarini -, Tokayev ha mantenido una actitud conciliadora, al menos verbalmente, con aperturas prometedoras: "En el frente práctico, creó el National Council of Public Trust (NCPT), un órgano asesor con la tarea de formular recomendaciones políticas basadas en la contribución de los ciudadanos, los partidos políticos y la sociedad civil. Luego prometió una reforma de la ley sobre las manifestaciones públicas. Si el primer organismo ha demostrado ser poco más que un recipiente vacío en este momento, el segundo ha sido recibido con escepticismo por numerosos activistas, que no ven cambios significativos. Las manifestaciones celebradas en Almaty a fines de febrero y principios de marzo terminaron con el arresto de alrededor de 200 y 80 personas respectivamente", recuerda.
Según el investigador, Tokayev ha tratado de responder a las tensiones latentes en el país también en el frente económico "presentando para 2020 un plan nacional para aumentar los salarios de los funcionarios del orden del 20-30% y las pensiones del 7%. Sin embargo, el intento corre el riesgo de encontrar un obstáculo insuperable en el reciente colapso del petróleo tras la propagación del coronavirus. A la luz de la dependencia de Kazajstán de los ingresos relacionados con el sector de la energía, es probable que esto prive a Tokayev de la posibilidad de aumentar el gasto social, lo que también pone en evidencia la continua ausencia de una política de diversificación económica".
“En general, a nivel práctico, a pesar de la adopción de una retórica conciliadora, no ha habido cambios significativos en comparación con el período de Nazarbayev. Si Kazajstán sufriera graves repercusiones económicas por la crisis actual, no puede excluirse que la presidencia de Tokayev pierda aún más solidez", concluye Cancarini.
(LF-PA) (Agencia Fides 24/4/2020)


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