ÁFRICA/MOZAMBIQUE - Ataques indiscriminados contra aldeas: se fomenta un conflicto religioso

martes, 31 marzo 2020 grupos armados   yihadistas   isis   violencia   fundamentalismo religioso   religión   derechos humanos  

Africa rivista

Maputo (Agencia Fides) - No se sabe si se trata de yihadistas o simples bandidos, lo único seguro es que los ataques contra las aldeas y pueblos de Cabo Delgado, en Mozambique, continúan sin cesar y son cada vez más violentos. “Según los medios internacionales, se trata de islamistas vinculados al ISIS" – explican a la Agencia Fides algunos misioneros que viven en el lugar y que, por razones de seguridad, han pedido permanecer en el anonimato -, pero nadie sabe exactamente quiénes son. "Se dice que se trata de jóvenes locales. Algunos milicianos capturados por las fuerzas del orden han confesado que se unieron al grupo porque les ofrecían dinero. Seguramente también hay extranjeros: tanzanos o mozambiqueños que han viajado a Tanzania y han regresado. Por esta razón, las fuerzas del orden han reforzado los controles fronterizos".
Los musulmanes locales - continúan nuestras fuentes -, nunca han mostrado actitudes violentas o intolerantes. El Islam se ha fusionado con la cultura local y ha dado lugar a una fe abierta y tolerante. Las relaciones entre cristianos y musulmanes siempre han sido amistosas. "Hay un gran respeto mutuo, tolerancia total. Trabajamos y vivimos juntos en serenidad", continúan los misioneros. "Las primeras víctimas de estos ataques son musulmanes. Tanto es así que la comunidad islámica está aterrorizada. Pero nosotros los cristianos también tenemos miedo de ser víctimas de estos ataques sin sentido".
En los últimos dos asaltos llevados a cabo la semana pasada, uno en la sede de la policía en la ciudad de Quissanga, en la provincia norteña de Cabo Delgado, y el otro en el cuartel de las Fuerzas de Defensa y Seguridad en Mocimboa da Praia, parece ser que los milicianos izaron la bandera negra del califato. Pero permanecen las dudas sobre una guerra religiosa o sobre que quieran usar el factor religioso para inducir a la violencia.
Los ataques comenzaron en octubre de 2017 y desde entonces ha habido entre 350 y 700 víctimas. La violencia ha obligado a 150.000 personas a abandonar sus hogares y ha causado una epidemia de cólera que se ha cobrado la vida de al menos 20 personas. "Los últimos ataques estaban muy bien planeados - señalan las fuentes de Fides -, las estructuras del gobierno han sido quemadas de manera sistemática. La matriz religiosa ha surgido solo recientemente. En Mozambique se cree que hay intereses particulares que se esconden detrás de la cobertura religiosa".
La zona es muy rica. En Palma, a unos ochenta kilómetros al norte de los sitios de los ataques, se encuentra uno de los depósitos de gas natural más grandes del planeta. A 350 kilómetros al sudoeste, por otro lado, existe el mayor depósito de rubíes y otras piedras preciosas del mundo. Dos tesoros que Maputo debe defender absolutamente para proteger su futuro.
El gobierno ha enviado numerosas fuerzas militares y policiales al lugar, pero eso no fue suficiente. Recientemente, el ejecutivo ha solicitado la ayuda de Rusia. El Grupo Wagner ha llegado al lugar, se trata de mercenarios ya activos en Libia (junto con el general Khalifa Haftar) y en la República Centroafricana (en defensa de los depósitos minerales explotados por empresas rusas). El riesgo es que se abra un nuevo conflicto interno y, con él, se prepare una nueva crisis humanitaria.
(EC) (Agencia Fides 31/3/2020)


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