OCEANIA/AUSTRALIA - La Iglesia australiana centra su trabajo en la lucha contra el tráfico de mujeres y niños

miércoles, 23 noviembre 2005

Sydney (Agencia Fides) - Reviste un papel importante la Iglesia - con su red de organizaciones, institutos, entidades, asociaciones presentes en el campo social - para combatir el fenómeno del tráfico de seres humanos y para asistir a las víctimas de este crimen. La Iglesia se ocupa de ello porque las víctimas del tráfico, son “los más pobres entre los pobres": mujeres y niños esclavizados, reducidos a "mercancía", privados de toda dignidad y derechos. Lo ha subrayado un reciente seminario organizado por la Iglesia australiana, por la Comisión para los Emigrantes, en el seno de la Conferencia Episcopal, en el que ha participado el Cardenal Stephen Fumio Hamao, Presidente del Consejo Pontificio para la Pastoral de los Emigrantes e Itinerantes.
El congreso ha afirmado que muchas mujeres, que tratan de entrar en Australia desde otros países asiáticos de modo clandestino, se encuentran a menudo que son víctimas de redes criminales y de la prostitución. Por ello, Caritas australiana trabaja en este campo.
Las diócesis australianas, han subrayado las intervenciones, están llamadas a reforzar su compromiso por medio de delegados y trabajadores pastorales, llamados a trabajar en coordinación para aumentar la eficacia de su labor para contrastar un fenómeno que ha sido definido como "un crimen contra la humanidad" o la “esclavitud del nuevo milenio."
Las comunidades católicas quieren actuar en el plano de la prevención y recuperación, estudiando sobre todo algunos casos y operando en el campo de la educación.
El tráfico de seres humanos es un fenómeno global que concierne a todos. La Iglesia católica por lo tanto no puede permanecer indiferente ante el problema. "En los cinco continentes está difundido el tráfico de seres humanos: gracias a las organizaciones caritativas, la Iglesia está en primera línea a la hora de ofrecer ayuda a las víctimas y denunciar a los traficantes", han subrayado los presentes.
El tráfico de seres humanos se debe sobre todo a la explotación sexual de mujeres y al trabajo infantil. En el esfuerzo general que debe implicar a actores sociales, públicos y vidas privadas (fuerzas de policía, magistratura, alcaldes, movimientos eclesiales, organizaciones no gubernamentales) la iglesia australiana está llamada a permanecer cerca de las víctimas, ofreciendo una ayuda en el plano material y espiritual.
La labor de la Iglesia para combatir el tráfico de seres humanos es también el centro de un documental que saldrá en la TV católica australiana "Aurora" en los próximos días. (PA) (Agencia Fides 23/11/2005 Líneas: 32 palabras: 418)


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