VATICANO - EL PAPA A LOS MISIONEROS CLARETIANOS: “EL SERVICIO MISIONERO DEBE SURGIR DE LA ÍNTIMA UNIÓN CON EL SEÑOR, QUE OS MANDA, Y SE DEBE VIVIR EN EL CAMINO DEL DON DE SÍ HASTA LA CRUZ”

martes, 9 septiembre 2003

Castel Gandolfo (Agencia Fides) – “Para una adecuada comprensión de los signos de los tiempos y de la labor de evangelización que los Misioneros Claretianos debéis promover y desarrollar en las más diferentes regiones de la tierra, os serán de gran ayuda las orientaciones propuestas en las Exhortaciones post sinodales dirigidas a los distintos continente. De la misma manera, en esta época de cambios, la Carta Apostólica “Novo Millennio Inneunte” os ofrecerá, también, un marco adecuado para una espiritualidad apostólica centrada, fundamentalmente, en la persona de Jesús”. Es el consejo que Juan Pablo II dio, ayer lunes, 8 de septiembre, a los participantes en el Capítulo General de los Misioneros Hijos del Corazón Inmaculado de María (Claretianos), a quienes recibió en Audiencia en el Palacio Apostólico de Castel Gandolfo. Entre ellos se encontraba, también, el recién elegido Superior General, Padre Joseph María Abella Batlle, a quien el Papa felicitó y dirigió un saludo al empezar su discurso.
“El servicio misionero, dondequiera que lo desarrolléis, debe surgir de la íntima unión con el Señor, que os manda, y debe ser vivido en el camino del don de sí hasta la cruz, que Él mismo ha recorrido y dejado trazado para quienes lo siguen”, recomendó el Santo Padre.
“Se trata de un camino en el que os ayudarán, como ayudaron a vuestro fundador, la escucha cotidiana de la Palabra y la participación en la Eucaristía”. El Papa subrayó, además, que el vasto horizonte de la sociedad deja entrever “no pocas señales de una difundida cultura de la muerte” y, por tanto, los Claretianos, reflexionando sobre el tema elegido para el Capítulo que están celebrando: “Para que reciban la vida”, deben sentirse “enviados por el Señor Jesús a proclamar el Dios de la vida”. Por último, el Santo Padre se unió a la acción de gracias por los numerosos dones concedidos por Dios a los Misioneros Claretianos (nuevas vocaciones en Asia y África, nuevas presencias y nuevas realizaciones misioneras en diversas áreas necesitadas, el don de la sangre de los mártires) e invocó la bendición del Señor para toda la Familia Misionera fundada por San Antonio María Claret.
(S.L.) (Agencia Fides 9/09/03)


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