PAPÚA NUEVA GUINEA - El obispo visita el distrito remoto de Menyamyan: "todo bautizado es misionero"

Lae (Agencia Fides) - Mostrar atención, cuidado, amor y solidaridad a las familias y comunidades indígenas que viven su fe en el remoto distrito de Menyamyan; reflexionar sobre el sentido del bautismo y la misión de cada cristiano: con este espíritu, el obispo Rozario Menezes SMM (de la Compañía de María de Monfort), al mando de la diócesis de Lae, visitó las pequeñas comunidades católicas que residen en el distrito de Menyamya, ubicado en Papúa Nueva Guinea, perteneciente a la provincia de Morobe, donde viven unas 85.000 personas.
En ese distrito remoto, la presencia de la Iglesia Católica es visible a través de una escuela primaria y un centro Caritas de ayuda y solidaridad. Según la información de la Agencia Fides, el Obispo de Montfortian visitó las pequeñas comunidades católicas locales en instándolos a "orar y prepararse para celebrar la Jornada Mundial de las Misiones y el Mes Misionero Extraordinario de octubre de 2019" y a "ayudar siempre a aquellos que tienen necesidades”.
El obispo Rozario señaló que, en distritos tan remotos como Menyamyan, a menudo hay dificultades para "comprender y vivir la esencia del bautismo cristiano" e instó a los fieles a "no perder de vista el propósito de su vida y misión": "El peligro es comenzar a vivir sutilmente de acuerdo con las prácticas religiosas, en lugar de ser como Jesús. No olvidemos que Dios nos adopta como sus hijos a través del bautismo. En lugar de permanecer parados en la comodidad de nuestra vida cristiana, recordemos que debemos ser como Cristo. El bautismo cristiano es un punto de partida, no un punto de llegada, y es la fuente de la misión”, subrayó.
La visita del Obispo comportó una oportunidad para que la gente de Menyamyan reflexione sobre algunos puntos resaltados por el tema del Mes Misionero Extraordinario de octubre de 2019, es decir, "Bautizados y enviados: la Iglesia de Cristo en misión en el mundo". "La misión no es la obra del cristiano, sino la obra de Cristo mismo. Si nuestra misión cristiana no fluye hacia y desde la adoración del Verbo Encarnado, solo estamos corriendo sin rumbo, poniendo la confianza en el trabajo humano que siempre es limitado y débil".
El Obispo concluyó: "Jesucristo vivió una vida plena, involucrándose y donándose a sí mismo. Su misión se encarnó por completo en el mundo. Al convertirse en el Verbo Encarnado, quería enseñar a los hombres acercándose a ellos, convirtiéndose en uno de ellos, compartiendo su entorno y sus problemas. Así hizo a los hombres como él y nos dio el camino de imitación de Cristo como una forma de santidad. Esta vida autentica, esta vida divina nosotros la donamos al mundo. Este es el significado de la misión” (PA) (Agencia Fides 18/7/2019)

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