ÁFRICA- El respeto de la persona y del medio ambiente, según el Evangelio, para el bien de todos

jueves, 21 junio 2018 ecología   ambiente   dignidad humana   catástrofes naturales   desastres naturales   pobreza   derechos humanos  

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Kara (Agencia Fides) – “Las muertes registradas en Costa de Marfil en los últimos días debido a las inundaciones por las fuertes lluvias invitan una vez más a examinar seriamente el problema de la crisis ecológica y su impacto negativo en la población africana”, asegura a la Agencia Fides el padre Donald Zagore, teólogo de la Sociedad para las Misiones Africanas.

“Pasamos de la sequía a la lluvia con mucha facilidad lo que provoca destrucción y unos efectos catastróficos para los africanos”, continúa el padre Donald hablando sobre la alerta lanzada por el presidente de Costa de Marfil, Alassane Ouattara, en respuesta a las inundaciones que azotaron el sur del país y que causaron la muerte de al menos 20 personas.

De hecho, Ouattara ha invitado a los ciudadanos a seguir escrupulosamente las medidas de precaución y ha anunciado que las viviendas en zonas de riesgo cerca de las instalaciones de drenaje de agua han de ser desalojadas. La ciudad de Abiyán fue la más afectada por las inundaciones tras las fuertes lluvias que cayeron durante la noche del 18 al 19 de junio. Este fin de semana se esperan nuevas precipitaciones.

“En su universo cosmológico, el hombre africano siempre ha vivido en verdadera armonía y en perfecta simbiosis con la naturaleza. El africano es el hombre de la naturaleza. Él extrae de la naturaleza los elementos básicos necesarios para su supervivencia en términos de alimentos y salud”, agrega el misionero. “La situación actual es dramática como es dramático ver cómo la naturaleza, que ayer era amiga de los africanos, se ha vuelto hostil hacia ellos. Desde su condición de fuente de vida, la naturaleza se ha convertido en una fuente de muerte. Para el hombre africano, el desafío ecológico es crucial. Debemos trabajar para restablecer el vínculo casi ontológico entre África y la naturaleza. Esto básicamente implica un despertar ecológico de la conciencia que llevará a todos a adoptar comportamientos radicalmente ecológicos sin los cuales continuaremos llorando a nuestros muertos. Comportamientos ecológicos que sean parte de una conciencia real de que nuestras acciones sobre el medio ambiente afectan nuestras vidas y a las de nuestra propia gente. Por eso debe decirse alto y claro que nuestras acciones políticas, económicas y tecnológicas deben basarse en valores morales sólidos, desprovistos de cualquier corrupción o materialismo. Estas acciones deben de estar inspiradas por el Evangelio de la verdad, la justicia y el bien común que promuevan el respeto a la dignidad de la persona humana y el medio ambiente en beneficio de todos”, concluye Zagore.
(DZ/AP) (21/06/2018 Agencia Fides)


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