ASIA - Pena de muerte en Indonesia y Filipinas: promover una cultura abolicionista

jueves, 23 junio 2016 pena de muerte   justicia   derechos humanos  

Amnesty

Oslo (Agencia Fides) – “La campaña para la abolición de la pena de muerte es un gran desafío para proteger la vida, para promover la justicia y humanizar nuestra sociedad. Sin embargo, la campaña podrá tener éxito cuando los mismos ciudadanos se conviertan en promotores de una cultura abolicionista. Vamos a seguir sensibilizando las conciencias, sobre todo en contextos asiáticos como los de Indonesia y Filipinas”: comenta a la Agencia Fides Leonardo Tranggono, representante de la Comunidad de San Egidio presente en el 6º Congreso Mundial contra la Pena de Muerte que se celebra en Oslo, donde están reunidos los parlamentarios y representantes de los gobiernos de todo el mundo para debatir sobre el tema de la pena capital.
En Indonesia se ha aplicado una moratoria hasta el año 2004. “San Egidio contribuye desde hace años con campañas de sensibilización, como la que se realizó en Indonesia y Europa con motivo de la sentencia de muerte de los tres católicos, Tibo, Dominggus y Marinus, acusados de incitar disturbios en Poso. A pesar de las dudas sobre su culpabilidad, fueron ejecutados. Este compromiso continuó en 2008 con un llamamiento por Amrozi, el terrorista autor de los atentados de Bali de 2002. Y en 2014, con otras asociaciones, y junto al gobierno de Indonesia trabajamos para salvar la vida de la indonesia Wilfrida Soik, condenada a muerte en Malasia y luego puesto en libertad”. Indonesia reanudó las ejecuciones en 2015: seis condenados fueron ejecutados en enero de 2015, ocho en abril de 2015, mientras que otras 48 ejecuciones están programadas para cuando termine el Ramadán, a finales de julio. Todas las ejecuciones en 2015 fueron por delitos relacionados con las drogas.
“La batalla para abolir la pena de muerte - observa Tangono - todavía no ha sido ganado en Indonesia. Vamos a seguir tejiendo una red con todos los componentes de la sociedad civil, con los estudiantes, académicos, activistas, grupos religiosos e iglesias, hermandades islámicas, asociaciones, para promover recogidas de firmas, encuentros con instituciones nacionales e internacionales y con las autoridades públicas. El objetivo es crear una amplia conciencia sobre este tema con un impacto cultural positivo”.
El mismo criterio se aplicará en las Filipinas, donde el recién elegido Presidente Rodrigo Duterte ha declarado que re-introducirá la pena de muerte. “Estas iniciativas – concluye Tranggono - no deben ser interpretadas como movimientos antigubernamentales. Lo que tratan es de promover un modelo diferente de justicia, empujando a las instituciones a la búsqueda de auténticas respuestas humanas a las peticiones legítimas, que nacen dentro de la ciudadanía, de justicia y seguridad”. (PA) (Agencia Fides 23/6/2016)


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