VATICANO - Juan Pablo II y el mensaje de la Divina Misericordia

sábado, 2 abril 2005

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - Mañana, segundo domingo de Pascua, se celebra la Fiesta de la Divina Misericordia. En el Año de la Eucaristía adquiere una luz particular la gran entrega de la vida de Juan Pablo II a Dios. Se puede decir acertadamente que su Pontificado está engarzado en el importante mensaje de la Divina Misericordia que el Señor Jesús confió a una humilde religiosa de Cracovia, que se ha hecho famosa en el mundo entero: santa Faustina Kowalska, muerta el 5 de octubre de 1938.
Durante el Año jubilar, el Santo Padre Juan Pablo II canonizó a Sor Faustina Kowalska y declaró además, para la iglesia Universal, el primer domingo después de la Pascua “Domingo de la Divina Misericordia”, que se celebra en el mundo entero. En Polonia, todo el Episcopado había declarado algunos años antes este mismo domingo “Fiesta de la Divina Misericordia” a nivel nacional. Cómo no recordar a este propósito las palabras del Santo Padre, pronunciadas precisamente en Cracovia, junto a la tumba de Sor Faustina, en 1997: “Doy gracias a la Divina Providencia porque me ha sido dado contribuir personalmente al cumplimiento de la voluntad de Cristo, mediante la institución de la fiesta de la Divina Misericordia” (Juan Pablo II, 7 de junio de 1997). (Para el discurso completo, ir al link de la página siguiente).
Este mensaje de la Divina Misericordia que Jesús ha confiado a Sor Faustina, se sitúa entre las dos guerras mundiales del pasado siglo y no es posible describir los innumerables beneficios que ha traído a la Iglesia y a la humanidad, difundiéndose, como ha dicho el Papa, de “modo maravilloso” (cf. Juan Pablo II, homilía para la beatificación de Sor Faustina Kowalska, 18 de abril de 1993).
Nuestro amado Papa Juan Pablo II ha testimoniado muchas veces cómo este mensaje ha sido tantas veces una gran inspiración para sí mismo, sobre todo para su segunda Encíclica “Dives in Misericordia”, llegando a decir que éste “en cierto sentido forma la imagen de este Pontificado” (Juan Pablo II, 7 de junio de 1997). Desde la ciudad de Cracovia, de la que el Santo Padre fue Arzobispo, se ha difundido este mensaje por el mundo entero a través de la humilde vida y testimonio de Sor Faustina, sobre todo por medio de la famosa imagen de Jesús misericordioso con la invocación “Confío en Ti”.
De Cracovia “ha salido el mensaje de la Divina Misericordia que Cristo mismo quiere transmitir a nuestras generaciones a través de la Beata Faustina. Y es un mensaje claro y legible para todos” (Juan Pablo II, 7 de junio de 1997).
El Santo Padre nos ha pedido muchas veces a nosotros los fieles que seamos “Apóstoles de la Divina Misericordia”, una verdadera consigna confiada por el Vicario de Cristo a la Iglesia: llevar en el corazón este mensaje, como lo lleva él. Y la invocación “Jesús, confío en Ti”, la imagen de Jesús misericordioso, la fiesta de la Divina Misericordia, el Rosario de la Misericordia, la Hora de la Misericordia, son los elementos esenciales de este mensaje”. (L.A.) (Agencia fides, 2/4/2005, líneas: 39 palabras: 521)


Compartir: